El macizo montañoso del Ándara conforma la vertiente oriental del parque de los Picos de Europa Cantabria; su límite es el río Deva (en cuya ribera está la bella localidad de Potes). Se trata de la zona con cumbres de menor altitud de todo el conjunto del parque, disponiendo además de accesos viales pues en su seno se abrieron minas de plomo y zinc en el siglo pasado. La actividad minera ha dejado un evidente rastro por toda la zona, con restos de edificios; también supuso la mayor agresión a este maravilloso paisaje, pues una voladura en 1911 provocó que el bellísimo lago de Ándara perdiera la mayor parte de su capacidad.
Los Picos de Europa Cantabria comparte con el resto del parque un ecosistema de bosque atlántico en el que predominan las encinas, robles y hayas. En sus prados de alta montaña pastan libremente durante los meses en que no hay nieve las vacas de los ganaderos de las inmediaciones. Su fauna es también la habitual de toda la cordillera: mucho jabalí y corzo por las zonas bajas, así como algunos osos, lobos y ciervos. Los rebecos dominan las laderas más agrestes y carentes de vegetación; en tanto que la nutria puede encontrarse en sus vías de agua. Conviene llevar siempre prismáticos pues resulta posible observar en vuelo al águila real, el quebrantahuesos o el alimoche.
La localidad de Potes (ver página especializada) es el principal punto de entrada a los Picos de Europa Cantabria. Lo habitual es continuar después hasta la localidad de Fuente Dé, desde donde se toma un teleférico que salva los 800 metros de altura que conducen al final del mismo en una planicie desde la que es posible disfrutar de extraordinarias vistas. Se encuentra al borde de la carretera N – 621 (que une Unquera con Riaño, en León) y desde allí parte la CA – 185, que se adentra hacia el espacio protegido atravesando otros municipios en su camino.
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