Hace mucho tiempo, una caldetenca llamada Eleonor fue raptada por los sarracenos y debido a su belleza fue entregada al príncipe Zeirí. Este la trató como su mejor tesoro. Eleonor fue estimada por todos los que la conocieron y se ganó los favores de todos. Tal fue así que fue entregada a la corte de la princesa Fátima. La princesa hacía tiempo que sufría de la lepra. Como no hubo manera de curarla, Eleonor le habló de las cualidades de las aguas termales de Caldetes y así fue como viajaron hacia Caldes. Se hospedaron en una torre en las afueras de la población.
Entonces los habitantes de Caldetes empezaron a oír ruidos y ver luces y formas fantasmagóricas que se paseaban por los alrededores de la torre. Estas apariciones no eran fantasmas sino que se trataba de los miembros de la escolta de la princesa sarracena. Cada noche, Fátima bajaba con su séquito a tomar las aguas, vistiendo todos ellos ropas blancas que les daban este aspecto misterioso y fantasmagórico. El tratamiento fue milagroso y la princesa se curó. En agradecimiento a su curación, Eleonor obtuvo la libertad.
Durante la estancia de la princesa Fátima en Caldes, conoció a Busquets, de quien se enamoró y con quien finalmente se casó. Como señal de su amor plantaron un olivo en la Torre de Busquets que aún perdura.
En Caldetas se encuentran dos torres más, la de Can Busquets y la Torre Verde.
Entonces los habitantes de Caldetes empezaron a oír ruidos y ver luces y formas fantasmagóricas que se paseaban por los alrededores de la torre. Estas apariciones no eran fantasmas sino que se trataba de los miembros de la escolta de la princesa sarracena. Cada noche, Fátima bajaba con su séquito a tomar las aguas, vistiendo todos ellos ropas blancas que les daban este aspecto misterioso y fantasmagórico. El tratamiento fue milagroso y la princesa se curó. En agradecimiento a su curación, Eleonor obtuvo la libertad.
Durante la estancia de la princesa Fátima en Caldes, conoció a Busquets, de quien se enamoró y con quien finalmente se casó. Como señal de su amor plantaron un olivo en la Torre de Busquets que aún perdura.
En Caldetas se encuentran dos torres más, la de Can Busquets y la Torre Verde.