En 1914, el bandolero Tamajón se escapa de la cárcel de Cabra y se refugia en las cuevas existentes en la Sub-Bética, próximas a la Finca Villanueva, donde en el año 1913 D. Agustín Ruíz Borrallo había implantado su ganadería.
Pese a estar precedido de mala fama, el también conocido como "El Rubio Veloz" por sus aptitudes físicas, de tarde en tarde observaba con complacencia a los nietos de D. Agustín, que diariamente asistían a clase bajo una encina de la dehesa de la finca por la que él merodeaba, llegando a narrarles en alguna ocasión historietas llenas de bravuconadas de las que era el protagonista.
Sobrevive logrando, por las buenas o por las malas, alimento y vestimenta de los habitantes de la zona, hasta que tras dar cuenta de un cochinillo, fue denunciado a la Guardia Civil. Tamajón emprende su última fechoría haciendo descarrilar el ferrocarril en represalia mediante la colocación de una gran piedra en el túnel, utilizando para ello a su yegua favorita de la finca, llamada Mohína por su capa castaño morcillo, y que al salir del túnel ennegrecida con el humo de la locomotora, asemejaba negra zahína.
Atrincherado en su cueva, comete el error de utilizar su mosquetón contra la Guardia Civil que acude a prenderle, y cae abatido con gran pena de los nietos de D. Agustín, entre ellos el actual propietario.
Habanera LXXII, descendiente de Mohína, gran yegua de capa negra azabache, es la iniciadora de la “Línea de los Tamajones” todos caballos negros zahínos de gran funcionalidad y resistencia, en honor al recuerdo de toda una leyenda.
Pese a estar precedido de mala fama, el también conocido como "El Rubio Veloz" por sus aptitudes físicas, de tarde en tarde observaba con complacencia a los nietos de D. Agustín, que diariamente asistían a clase bajo una encina de la dehesa de la finca por la que él merodeaba, llegando a narrarles en alguna ocasión historietas llenas de bravuconadas de las que era el protagonista.
Sobrevive logrando, por las buenas o por las malas, alimento y vestimenta de los habitantes de la zona, hasta que tras dar cuenta de un cochinillo, fue denunciado a la Guardia Civil. Tamajón emprende su última fechoría haciendo descarrilar el ferrocarril en represalia mediante la colocación de una gran piedra en el túnel, utilizando para ello a su yegua favorita de la finca, llamada Mohína por su capa castaño morcillo, y que al salir del túnel ennegrecida con el humo de la locomotora, asemejaba negra zahína.
Atrincherado en su cueva, comete el error de utilizar su mosquetón contra la Guardia Civil que acude a prenderle, y cae abatido con gran pena de los nietos de D. Agustín, entre ellos el actual propietario.
Habanera LXXII, descendiente de Mohína, gran yegua de capa negra azabache, es la iniciadora de la “Línea de los Tamajones” todos caballos negros zahínos de gran funcionalidad y resistencia, en honor al recuerdo de toda una leyenda.