Francisco Arjona Herrera, llamado "Cúchares" o "Curro Cúchares nació en Madrid el 20 de mayo de 1818 falleciendo en La Habana el 4 de diciembre de 1868.
Es criado desde muy corta edad en Sevilla, donde su padre trabajaba como empleado del matadero. Huérfano desde los 10 años, ingresa a los 12 en la Escuela de Tauromaquia de esta ciudad, recibiendo los conocimientos del maestro Pedro Romero.
Toma la alternativa en Madrid el 27 de abril de 1842, aunque no hubo cesión de trastos. Desde ese momento emprende una rivalidad taurina con "Paquiro", rivalidad desplazada posteriormente hacia José Redondo "El Chiclanero". Durante esta década es el favorito de gran parte de la afición, si bien su toreo comienza a decaer paulatinamente debido a una lesión en la rodilla. A pesar de esto continúa toreando.
En 1868 emprende viaje a Cuba donde debía participar en múltiples festejos. Lamentablemente el diestro contrae fiebre amarilla (o vómito negro) y fallece en la capital cubana, donde es enterrado. En 1885 sus restos son trasladados a España y reposan en la parroquia de San Bernardo de Sevilla.
Se le considera uno de los más grandes conocedores taurinos, nunca recibió una cornada en su dilatada carrera. Sus aportes a la faena de muleta son considerables, siendo el primero en desarrollar el toreo con la mano derecha de una manera uniforme y estilísticamente aceptada. Era un torero seguro con el estoque y, si bien sus detractores le criticaban el ser vanidoso y ventajista, su arte ha superado las críticas y aún hoy se conoce al toreo como "el arte de Cúchares".
Es criado desde muy corta edad en Sevilla, donde su padre trabajaba como empleado del matadero. Huérfano desde los 10 años, ingresa a los 12 en la Escuela de Tauromaquia de esta ciudad, recibiendo los conocimientos del maestro Pedro Romero.
Toma la alternativa en Madrid el 27 de abril de 1842, aunque no hubo cesión de trastos. Desde ese momento emprende una rivalidad taurina con "Paquiro", rivalidad desplazada posteriormente hacia José Redondo "El Chiclanero". Durante esta década es el favorito de gran parte de la afición, si bien su toreo comienza a decaer paulatinamente debido a una lesión en la rodilla. A pesar de esto continúa toreando.
En 1868 emprende viaje a Cuba donde debía participar en múltiples festejos. Lamentablemente el diestro contrae fiebre amarilla (o vómito negro) y fallece en la capital cubana, donde es enterrado. En 1885 sus restos son trasladados a España y reposan en la parroquia de San Bernardo de Sevilla.
Se le considera uno de los más grandes conocedores taurinos, nunca recibió una cornada en su dilatada carrera. Sus aportes a la faena de muleta son considerables, siendo el primero en desarrollar el toreo con la mano derecha de una manera uniforme y estilísticamente aceptada. Era un torero seguro con el estoque y, si bien sus detractores le criticaban el ser vanidoso y ventajista, su arte ha superado las críticas y aún hoy se conoce al toreo como "el arte de Cúchares".