La jota es una danza extendida por gran parte de la geografía de España.
Varía según las regiones, aunque la jota de Aragón, la jota castellana, la de León, la de la Comunidad Valenciana, la de Navarra y La Rioja, la «montañesa» de Cantabria, la de Asturias, la de Galicia, la de Extremadura, la de la Alta Andalucía y la de Murcia son quizás las más conocidas y populares. Entendida como representación escénica, la jota se canta y se baila acompañándose de castañuelas y los intérpretes suelen ir vestidos con trajes regionales. En Valencia, antiguamente, se bailaba la jota en la ceremonia de los entierros. También se bailaba —y se baila— en Cataluña, y especialmente en la zona de las Tierras del Ebro (Amposta, Tortosa, etc) y en el Campo de Tarragona (jota fogueada). También en Canarias las jotas y rondallas con características peculiares eran la parte del folclore más destacada, hoy día un tanto desplazadas por la protección hacia otros estilos más autóctonos. No obstante, en las islas existe la isa, una pieza musical que deriva de la jota. En Filipinas, los religiosos españoles trasmitieron la jota a los tagalos, que la interpretan en rondallas y acompañada de instrumentos nativos.
Su nombre proviene del antiguo xota, este del mozárabe "šáwta", salto, y este deriva del latín saltare, bailar. Algunas teorías dicen que este baile nació en Valencia, proveniente de la palabra en valenciano antiguo xotar (botar o saltar), que pasó al castellano como «jota».
Varía según las regiones, aunque la jota de Aragón, la jota castellana, la de León, la de la Comunidad Valenciana, la de Navarra y La Rioja, la «montañesa» de Cantabria, la de Asturias, la de Galicia, la de Extremadura, la de la Alta Andalucía y la de Murcia son quizás las más conocidas y populares. Entendida como representación escénica, la jota se canta y se baila acompañándose de castañuelas y los intérpretes suelen ir vestidos con trajes regionales. En Valencia, antiguamente, se bailaba la jota en la ceremonia de los entierros. También se bailaba —y se baila— en Cataluña, y especialmente en la zona de las Tierras del Ebro (Amposta, Tortosa, etc) y en el Campo de Tarragona (jota fogueada). También en Canarias las jotas y rondallas con características peculiares eran la parte del folclore más destacada, hoy día un tanto desplazadas por la protección hacia otros estilos más autóctonos. No obstante, en las islas existe la isa, una pieza musical que deriva de la jota. En Filipinas, los religiosos españoles trasmitieron la jota a los tagalos, que la interpretan en rondallas y acompañada de instrumentos nativos.
Su nombre proviene del antiguo xota, este del mozárabe "šáwta", salto, y este deriva del latín saltare, bailar. Algunas teorías dicen que este baile nació en Valencia, proveniente de la palabra en valenciano antiguo xotar (botar o saltar), que pasó al castellano como «jota».