Joan de Canyamars era un campesino del Maresme, en la actual provincia de Barcelona. Se desconoce la fecha de su nacimiento y, en realidad, sólo se hizo famoso por intentar matar de una cuchillada al rey Fernando II, en 1492.
El suceso tuvo lugar frente al Palacio Real de Barcelona, en la actual Plaza del Rey. Según explica Pere Miquel Carbonell, archivero real, cuando el rey salía de palacio, Joan de Canyamars sacó la espada que ocultaba bajo la capa y propinó un sablazo al monarca entre la cabeza y el cuello. La armadura protegió al rey y Canyamars fué detenido declarando que lo había hecho por el bien común.
Era el 7 de Diciembre de 1492. Se le declaró loco y fué condenado a morir descuartizado como ejemplo y castigo según relata el "Dietari del Consell de la Ciutat".
El 12 de Diciembre le colocaron atado sobre una armazón de madera tirada por un carro y le pasearon por la ciudad arrancándole un miembro tras otro hasta sacarle el cerebro sin que, en ningún momento hiciera el menor movimiento o dejase escapar una queja, como si estuviesen golpeando una piedra.
No se sabe porque Canyamars actuó de esta forma. Podría tratarse de un labrador resentido por la Sentencia Arbitral de Guadalupe que el rey había dictado para acabar con los "malos usos" de los señores feudales pero también es cierto que fueron condenados capitostes otros campesinos radicales.
Cumplida la sentencia, el rey se recuperó de las consecuencias del atentado. El 20 del mismo mes retomaba su actividad y el 9 de Enero salía a pasear a caballo entre las aclamaciones de la multitud
El suceso tuvo lugar frente al Palacio Real de Barcelona, en la actual Plaza del Rey. Según explica Pere Miquel Carbonell, archivero real, cuando el rey salía de palacio, Joan de Canyamars sacó la espada que ocultaba bajo la capa y propinó un sablazo al monarca entre la cabeza y el cuello. La armadura protegió al rey y Canyamars fué detenido declarando que lo había hecho por el bien común.
Era el 7 de Diciembre de 1492. Se le declaró loco y fué condenado a morir descuartizado como ejemplo y castigo según relata el "Dietari del Consell de la Ciutat".
El 12 de Diciembre le colocaron atado sobre una armazón de madera tirada por un carro y le pasearon por la ciudad arrancándole un miembro tras otro hasta sacarle el cerebro sin que, en ningún momento hiciera el menor movimiento o dejase escapar una queja, como si estuviesen golpeando una piedra.
No se sabe porque Canyamars actuó de esta forma. Podría tratarse de un labrador resentido por la Sentencia Arbitral de Guadalupe que el rey había dictado para acabar con los "malos usos" de los señores feudales pero también es cierto que fueron condenados capitostes otros campesinos radicales.
Cumplida la sentencia, el rey se recuperó de las consecuencias del atentado. El 20 del mismo mes retomaba su actividad y el 9 de Enero salía a pasear a caballo entre las aclamaciones de la multitud