Cuando fue nombrada subsede olímpica de remo de Barcelona 1992, el nombre de Banyoles dio la vuelta al mundo.
Cuenta la historia que, hechizado por el apacible encanto de este lugar, el Abad Bonitus fundó hacia el año 812 el monasterio de San Esteve, afamado cenobio benedictino a cuyo amparo creció Banyoles. Mucho ha cambiado desde entonces el pueblo, pero el lago sigue atesorando serenidad y belleza. Un paseo flanqueado por frondosas plataneras recorre sus orillas en las que hacrecido el pueblo. Es el punto de encuentro donde pasean los habitantes de Banyoles, bañistas, pescadores y turistas.
Barquichuelas primorosamente pintadas se atracan a loos costados de carcomidos atracaderos de madera que se adentran hacia las aguas. Es el lado más amable del estany. Cerca ya de las últimas casas de la población aparecen las pesqueras, la imagen más recurrente del lago. Unas vetustas edificaciones que surgen en el centro de las aguas y a las que se accede por unas pasarelas. Se trata de pequeñas cabañas de blancas paredes rematadas de historiados pináculos que rememoran el ambiente de hace un siglo. En sus cercanías están las instalaciones del Club Náutico, lugar preferido por los bañistas.
A partir de aquí comienza la parte más interesante de este importante lago catalán que puede recorrerse por un agradable camino que rodea su perímetro circulando entre espesas arboledas. En la actualidad, su forma de ocho se extiende algo mas allá de las 100 hectáreas con una longitud de 2200 m. y una anchura máxima de 265 m. Antaño, las dimensiones de esta masa de agua eran mucho más notables, ocupaban la mayor parte de la cuenca que se extiende por el fondo de las suaves montañas que rodean este enclave. La siete lagunas que subsisten en los alrededores son los restos de aquella importante mancha húmeda.
Por auqí pasa la falla que divide las comarcas de la Garrotxa y L'Empordá. La razón de la disminución de su superficie hay que buscarla en sus propios orígenes.Este lago no se alimenta de importantes corrientes fluviales sino que recibe su aporte a través del subsuelo. Procedente del cercano Fluviá, un acuífero se asienta sobre las capas calizas subterráneas e inyecta 600 litros de agua por segundo en Banyoles. La disminución de este caudal subterráneo y posteriores filtraciones - en el cuaternario ocupó su mayor extensión - redujeron su tamaño.
(Parajes con encanto - El País)
Cuenta la historia que, hechizado por el apacible encanto de este lugar, el Abad Bonitus fundó hacia el año 812 el monasterio de San Esteve, afamado cenobio benedictino a cuyo amparo creció Banyoles. Mucho ha cambiado desde entonces el pueblo, pero el lago sigue atesorando serenidad y belleza. Un paseo flanqueado por frondosas plataneras recorre sus orillas en las que hacrecido el pueblo. Es el punto de encuentro donde pasean los habitantes de Banyoles, bañistas, pescadores y turistas.
Barquichuelas primorosamente pintadas se atracan a loos costados de carcomidos atracaderos de madera que se adentran hacia las aguas. Es el lado más amable del estany. Cerca ya de las últimas casas de la población aparecen las pesqueras, la imagen más recurrente del lago. Unas vetustas edificaciones que surgen en el centro de las aguas y a las que se accede por unas pasarelas. Se trata de pequeñas cabañas de blancas paredes rematadas de historiados pináculos que rememoran el ambiente de hace un siglo. En sus cercanías están las instalaciones del Club Náutico, lugar preferido por los bañistas.
A partir de aquí comienza la parte más interesante de este importante lago catalán que puede recorrerse por un agradable camino que rodea su perímetro circulando entre espesas arboledas. En la actualidad, su forma de ocho se extiende algo mas allá de las 100 hectáreas con una longitud de 2200 m. y una anchura máxima de 265 m. Antaño, las dimensiones de esta masa de agua eran mucho más notables, ocupaban la mayor parte de la cuenca que se extiende por el fondo de las suaves montañas que rodean este enclave. La siete lagunas que subsisten en los alrededores son los restos de aquella importante mancha húmeda.
Por auqí pasa la falla que divide las comarcas de la Garrotxa y L'Empordá. La razón de la disminución de su superficie hay que buscarla en sus propios orígenes.Este lago no se alimenta de importantes corrientes fluviales sino que recibe su aporte a través del subsuelo. Procedente del cercano Fluviá, un acuífero se asienta sobre las capas calizas subterráneas e inyecta 600 litros de agua por segundo en Banyoles. La disminución de este caudal subterráneo y posteriores filtraciones - en el cuaternario ocupó su mayor extensión - redujeron su tamaño.
(Parajes con encanto - El País)