Don Santiago Ramón y Cajal, catedrático y Premio Nobel de Medicina, solía sentarse a la mesa de cierto café madrileño, durante mas de una hora, para leer revistas infantiles, que le hacían sonreír continuamente, ante el asombro de quienes le conocían y sabían su extraordinaria categoría intelectual.
Don Santiago Ramón y Cajal, catedrático y Premio Nobel de Medicina, solía sentarse a la mesa de cierto café madrileño, durante mas de una hora, para leer revistas infantiles, que le hacían sonreír continuamente, ante el asombro de quienes le conocían y sabían su extraordinaria categoría intelectual.