Durante muchos siglos, incluso después de que las Islas Canarias fueran conquistadas por los españoles, imperaba la idea que éstas eran las cumbres de las montañas de la Atlántida, un gran continente sumergido entre África y América.
Cuenta la leyenda que esta inmensa isla de la Atlántida, dominada por Poseidón, dios del mar, estaba habitada por los atlantes, un pueblo rico y sabio, además de justo, generoso y pacífico. Sin embargo, esto cambió y aquel pueblo virtuoso se volvió avaricioso y belicoso y fue entonces cuando Zeus, rey de los dioses, decidió castigar a los atlantes y, en una sola noche, provocó erupciones volcánicas y grandes maremotos que destruyeron la Atlántida.
Aunque otra versión de la historia apunta que el verdadero motivo del castigo fue que los atlantes descubrieron los secretos de las energías cósmicas que controlaban sólo los dioses.
En cualquier caso, el mito de la Atlántida sostiene que, bajo las aguas, aún es posible descubrir sus extraordinarias ciudades.
Cuenta la leyenda que esta inmensa isla de la Atlántida, dominada por Poseidón, dios del mar, estaba habitada por los atlantes, un pueblo rico y sabio, además de justo, generoso y pacífico. Sin embargo, esto cambió y aquel pueblo virtuoso se volvió avaricioso y belicoso y fue entonces cuando Zeus, rey de los dioses, decidió castigar a los atlantes y, en una sola noche, provocó erupciones volcánicas y grandes maremotos que destruyeron la Atlántida.
Aunque otra versión de la historia apunta que el verdadero motivo del castigo fue que los atlantes descubrieron los secretos de las energías cósmicas que controlaban sólo los dioses.
En cualquier caso, el mito de la Atlántida sostiene que, bajo las aguas, aún es posible descubrir sus extraordinarias ciudades.