La siguiente leyenda nos cuenta la vida de un hombre, Manrique, muy encerrado en sí mismo que era un noble que apreciaba la soledad mucho. Le encantaba la poesía y por ello su carácter solitario le permitía pensar y poder remover su mente. Una noche cálida de verano vio como una mujer se dirigía al monasterio de los Templarios, él la siguió e intentó alcanzarla y hablar con ella, pero a pesar de todos sus intentos no consiguió alcanzarla hasta que llegó a la que él supuso que era su casa. Pero cuando tocó la puerta y preguntó que quién vivía allí, la persona que le abrió le dijo que era la casa de Alonso de Valdecuellos que era el montero mayor del rey y que vivía solo.
Pasado un tiempo volvió a verla desde su balcón y la volvió a seguir pero mucho más de cerca y así pudo darse cuenta de que lo que veía era un rayo de luna por el medio del bosque, al que le daba voz el viento que chocaba contra los arboles.
Esto llevó a nuestro protagonista en una gran melancolía pensando que la vida era un engaño y el amor era un simple rayo de luna.
(El Rincón del Vago - Resumen de G.A. Becquer)
Pasado un tiempo volvió a verla desde su balcón y la volvió a seguir pero mucho más de cerca y así pudo darse cuenta de que lo que veía era un rayo de luna por el medio del bosque, al que le daba voz el viento que chocaba contra los arboles.
Esto llevó a nuestro protagonista en una gran melancolía pensando que la vida era un engaño y el amor era un simple rayo de luna.
(El Rincón del Vago - Resumen de G.A. Becquer)