La villa del Castropol, situada en el extremo oriental del Principado, ocupa un emplazamiento privilegiado, elevada sobre una península en la orilla derecha de la ría del Eo. La silueta de su caserío, recortado sobre las aguas, dibuja una de las estampas más pintorescas de la costa asturiana. A su atractivo paisajístico añade Castropol un conjunto monumental bien conservado, cierto sabor marinero y un aire decadente heredero de la prosperidad de tiempos pasados.
En la actualidad, la población, que no hace muchos años inició la explotación de criaderos de ostras, constituye un concurrido núcleo turístico, ideal para la práctica de los deportes náuticos. En 1997 recibió el premio al Pueblo Ejemplar de Asturias.
HISTORIA
Castropol fue fundada en 1299, bajo el dominio del obispado de Oviedo, probablemente sobre el lugar de asentamiento de un antiguo castro. En 1587 la villa, uno de los puertos pesqueros más activos de la comarca, quedó destruida como consecuencia de un incendio.
Su historia posterior no ofrece acontecimientos excesivamente relevantes, a no ser la ocupación inglesa en 1719 y una destacada participación en la guerra de la Independencia, etapa durante la cual fue sede de la Junta del Principado. Como en otras localidades costeras, el regreso de los indianos a finales del siglo XIX se dejó sentir en algunas iniciativas constructivas que transformaron parcialmente su aspecto.
Entre los vecinos ilustres de la villa se cuenta Ramón Menéndez Pelayo, como se encarga de recordar una placa conmemorativa.
(Guía azul - Pueblos escogidos)
En la actualidad, la población, que no hace muchos años inició la explotación de criaderos de ostras, constituye un concurrido núcleo turístico, ideal para la práctica de los deportes náuticos. En 1997 recibió el premio al Pueblo Ejemplar de Asturias.
HISTORIA
Castropol fue fundada en 1299, bajo el dominio del obispado de Oviedo, probablemente sobre el lugar de asentamiento de un antiguo castro. En 1587 la villa, uno de los puertos pesqueros más activos de la comarca, quedó destruida como consecuencia de un incendio.
Su historia posterior no ofrece acontecimientos excesivamente relevantes, a no ser la ocupación inglesa en 1719 y una destacada participación en la guerra de la Independencia, etapa durante la cual fue sede de la Junta del Principado. Como en otras localidades costeras, el regreso de los indianos a finales del siglo XIX se dejó sentir en algunas iniciativas constructivas que transformaron parcialmente su aspecto.
Entre los vecinos ilustres de la villa se cuenta Ramón Menéndez Pelayo, como se encarga de recordar una placa conmemorativa.
(Guía azul - Pueblos escogidos)