De este personaje se decía que había sido víctima de una maldición, o bien se “hechizaba” mediante ungüentos o la ingestión de ciertas hierbas. En ocasiones se hacían acompañar de jaurías de lobos reales.
Y muchas ocasiones, siendo éste consciente de la transmutación que sufría determinadas noches, avisaba a los familiares que no abrieran las puertas. Esto es precisamente lo llamativo de los hombres lobos castellanos, que su identidad era conocida por el pueblo. (Sin que esto fuera un problema para convivencia y nadie sufriera ningún daño).
Y muchas ocasiones, siendo éste consciente de la transmutación que sufría determinadas noches, avisaba a los familiares que no abrieran las puertas. Esto es precisamente lo llamativo de los hombres lobos castellanos, que su identidad era conocida por el pueblo. (Sin que esto fuera un problema para convivencia y nadie sufriera ningún daño).