Un muchacho, Perete, natural de Cabezo de Churra, fue apresado y llevado ante el rey moro del Castillo de Monteagudo, al que sirvió y le enseñó las oscuras artes de la hechicería. Un buen día, aparece de visita en la casa de sus padres, y éstos lo reciben con gran entusiasmo, pero cuando llega el momento de partir hacia el castillo, al llegar al punto más alto de la montaña, entona unas misteriosas palabras que hacen retumbar todo el terreno, como si de un terremoto se tratara. por tres
veces.,¡Ya chie nun! y cómo un archiconocido "Ábrete Sésamo" (pero sin bandoleros a la vista), el monte se abrió, y de él salieron oscuras criaturas tales como pájaros, morciguillos (murciélagos) y mosquitos, que salieron volando, envolviéndose en la negrura de la noche. El muchacho horrorizado por este inesperado suceso, volvió, de nuevo, a repetir aquellas extrañas y mágicas palabras, y apareciendo una poderosa luz, la sima se cerró, engullendo todo el monte y dejando el castillo solo encima de un trozo de peña. Y colorín colorado, esta leyenda se ha acabado.
Moraleja: "No llames a la suerte, porque es una mal mandá, la estás llamando siempre, y no viene jamás. Y es una loca, porque aquel que no la quiere, ese es el que la logra."
(Murcia, tierra de misterios)
veces.,¡Ya chie nun! y cómo un archiconocido "Ábrete Sésamo" (pero sin bandoleros a la vista), el monte se abrió, y de él salieron oscuras criaturas tales como pájaros, morciguillos (murciélagos) y mosquitos, que salieron volando, envolviéndose en la negrura de la noche. El muchacho horrorizado por este inesperado suceso, volvió, de nuevo, a repetir aquellas extrañas y mágicas palabras, y apareciendo una poderosa luz, la sima se cerró, engullendo todo el monte y dejando el castillo solo encima de un trozo de peña. Y colorín colorado, esta leyenda se ha acabado.
Moraleja: "No llames a la suerte, porque es una mal mandá, la estás llamando siempre, y no viene jamás. Y es una loca, porque aquel que no la quiere, ese es el que la logra."
(Murcia, tierra de misterios)