"El tío Tomás" era como llamaban cariñosamente sus soldados al jefe carlista Tomás de Zumalacárregui debido, no sólo a su sentido de la justicia, sino por su sencillez y su generosidad, que le granjearon el afecto de sus subordinados, ya que convivía con ellos y los cuidaba como un padre.
"El tío Tomás" era como llamaban cariñosamente sus soldados al jefe carlista Tomás de Zumalacárregui debido, no sólo a su sentido de la justicia, sino por su sencillez y su generosidad, que le granjearon el afecto de sus subordinados, ya que convivía con ellos y los cuidaba como un padre.