Por aquí ha de pulular el viajero si quiere captar los efluvios de la Sevilla más auténtica con sus patios conquistados por las flores, las callejuelas sinuosas a cuya vera crecen casas de abolengo y por donde se rumorea se fraguó el amor literario entre don Juan Tenorio y doña Inés.
Es tal el magnetismo que desprende el barrio de Santa Cruz que hasta el escritor norteamericano Washington Irving (1783-1859) se alojó en la zona y seguramente después puso rumbo a Granada para escribir sus Cuentos de la Alhambra.
Sin embargo, el trotamundos ha de conocer los orígenes de esta zona, y estar al tanto de su DNI judío, pues Sevilla se erigió en tiempos de Fernando III en la segunda comunidad hebrea más importante de España y esa huella religiosa se ha “fosilizado” aquí en forma del precioso barrio de Santa Cruz.
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