Tras la muerte de su predecesor, el primer monarca español de los Borbones, el duque de Anjou, fue coronado como Felipe V con el apoyo del papado.
Felipe V tendrá que imponerse en una guerra civil a los partidarios del archiduque Carlos de Austria.
Mientras la Corona de Castilla y Navarra se mantenían fieles al candidato borbónico, la mayor parte de la Corona de Aragón prestó su apoyo al candidato austríaco.
El conflicto civil no terminó hasta 1713, cuando el archiduque Carlos fue elegido emperador de Alemania.
Durante todo su largo reinado –más de 45 años–, Felipe V se enfrentó a la ruinosa situación económica y financiera del Estado, luchando contra la corrupción y estableciendo nuevos impuestos para hacer más equitativa la carga fiscal.
Fomentó la intervención del Estado en la economía, favoreciendo la agricultura y creando las llamadas manufacturas reales.
Al final de su reinado los ingresos de la Hacienda se habían multiplicado y la economía había mejorado sustancialmente.