La escultura de la fuente, pasada a bronce por el fundidor italiano Romolo Staccioli, establecido en Barcelona durante los primeros años del siglo XX, corresponde al original que realizó Eduard B. Alentorn y se encuentra en la Plaza de Letamendi de la Ciudad Condal.
Las esculturas que le fueron encargadas por el Ayuntamiento de Barcelona en diciembre de 1912 y que se completaron en 1915 debían tener un carácter bien distinto.
Una es la que da nombre a la Font de la Pagesa, o de la labradora, la cual incorpora a la iconografía monumental urbana una figura femenina, de pie y aislada, que debe de corresponder a la que protagoniza la conocida fábula de la lechera, frecuente en las diversas recopilaciones que se hicieron en los siglos XVIII y XIX y que fueron ampliamente popularizadas.
El escultor la transcribió como una payesa acomodada, frecuente protagonista de la literatura y el teatro catalán de aquella época.
Los recipientes volcados a sus pies, además de facilitar la identificación del tema, permiten dar más amplitud a la base de apoyo de la figura. Debe destacarse la esmerada transcripción que el artista realizó de los detalles de la indumentaria, que el espectador sólo podrá apreciar tras una atenta observación.
El escultor la transcribió como una payesa acomodada, frecuente protagonista de la literatura y el teatro catalán de aquella época.
Los recipientes volcados a sus pies, además de facilitar la identificación del tema, permiten dar más amplitud a la base de apoyo de la figura. Debe destacarse la esmerada transcripción que el artista realizó de los detalles de la indumentaria, que el espectador sólo podrá apreciar tras una atenta observación.
(Fuente: joanherrera.blogspot.com)