Se encuentra entre la plaza del conde de Toreno y la calle del Conde-Duque. Distrito 1 (Centro). Barrio de la Universidad.
Toda esta zona fue en tiempos un bosque muy frondoso donde proliferaba la caza. Sabida es la afición que muchos monarcas de Castilla y de España han tenido a ese deporte, y por ello no es de extrañar que estas frondas fuesen en épocas pasadas escenario de numerosas monterías reales. El nombre de Dehesa y Eras de Amaniel vino de su dueño, Lope de Amaniel, ballestero que fue del rey Enrique II de Castilla.
Cuando la villa se convirtió en corte fue ésta una de las zonas por donde se desarrolló su crecimiento; el frondoso bosque de Amaniel fue siendo poco a poco talado y la caza desplazada hacia terrenos más propicios.
Ya en tiempos de Felipe IV se formó nuestra calle, que adoptó el nombre del antiguo dueño de los terrenos, a pesar de que en el plano de Texeira se rotula Gumiel.
Del ancestral bosque de Amaniel, que antiguamente se extendía desde la Moncloa hasta el pueblo de Valnegral, aproximadamente donde hoy está el paseo de Recoletos, sólo queda hoy como vestigio la Dehesa de la Villa, que también se ha visto amenazada por alguna que otra vía rápida para los dichosos automóviles.
Toda esta zona fue en tiempos un bosque muy frondoso donde proliferaba la caza. Sabida es la afición que muchos monarcas de Castilla y de España han tenido a ese deporte, y por ello no es de extrañar que estas frondas fuesen en épocas pasadas escenario de numerosas monterías reales. El nombre de Dehesa y Eras de Amaniel vino de su dueño, Lope de Amaniel, ballestero que fue del rey Enrique II de Castilla.
Cuando la villa se convirtió en corte fue ésta una de las zonas por donde se desarrolló su crecimiento; el frondoso bosque de Amaniel fue siendo poco a poco talado y la caza desplazada hacia terrenos más propicios.
Ya en tiempos de Felipe IV se formó nuestra calle, que adoptó el nombre del antiguo dueño de los terrenos, a pesar de que en el plano de Texeira se rotula Gumiel.
Del ancestral bosque de Amaniel, que antiguamente se extendía desde la Moncloa hasta el pueblo de Valnegral, aproximadamente donde hoy está el paseo de Recoletos, sólo queda hoy como vestigio la Dehesa de la Villa, que también se ha visto amenazada por alguna que otra vía rápida para los dichosos automóviles.