Las justas eran peleas en combate singular, con carácter de exhibición y propio de la Edad Media en el que los caballeros acreditaban su destreza en el manejo de las armas.
Los contendientes iban generalmente a caballo, cubiertos con armadura y provistos de una pesada lama y uno de ellos debía derribar al contrario.La justa también podía realizarse a pie y se diferenciaba del torneo en que en éste el combate se desarrollaba en grupo o cuadrilla; el torneo ofrecía mayores atractivos desde el punto de vista espectacular, pero en la justa los competidores acreditaban mejor su fuerza y su destreza.
Había varios tipos de justas. En la de choque los dos antagonistas, provistos de lanzas trataban de derribarse mutuamente del caballo y, una vez en tierra, el combate continuaba a campo abierto con diversas armas, desde la espada al hacha.
En la justa de estafermo, el caballero trataba de alancear un blanco movible y si fallaba el golpe el estafermo (muñeco en forma de hombre armado), girando sobre si mismo, golpeaba al jinete inexperto.
En la justa del anillo, el caballero, al galope, debía meter la lanza en un anillo fijo o movible.
Todas estas competiciones se regían por normas precisas y constituían un agradable espectáculo, celebrado con ocasión de las bodas de los príncipes o de otros acontecimientos relevantes. Era un espectáculo eminentemente caballeresco.
Es famosa la justa sostenida por Don Suero de Quiñones en la Puente del Orbigo que, con sus compañeros sostuvo en él, el legendario «paso honroso» en el mes de junio de 1434, en tiempos del rey Don Juan II, luchando contra más de trescientos caballeros por el amor de una dama.
(Castillos de León)
Los contendientes iban generalmente a caballo, cubiertos con armadura y provistos de una pesada lama y uno de ellos debía derribar al contrario.La justa también podía realizarse a pie y se diferenciaba del torneo en que en éste el combate se desarrollaba en grupo o cuadrilla; el torneo ofrecía mayores atractivos desde el punto de vista espectacular, pero en la justa los competidores acreditaban mejor su fuerza y su destreza.
Había varios tipos de justas. En la de choque los dos antagonistas, provistos de lanzas trataban de derribarse mutuamente del caballo y, una vez en tierra, el combate continuaba a campo abierto con diversas armas, desde la espada al hacha.
En la justa de estafermo, el caballero trataba de alancear un blanco movible y si fallaba el golpe el estafermo (muñeco en forma de hombre armado), girando sobre si mismo, golpeaba al jinete inexperto.
En la justa del anillo, el caballero, al galope, debía meter la lanza en un anillo fijo o movible.
Todas estas competiciones se regían por normas precisas y constituían un agradable espectáculo, celebrado con ocasión de las bodas de los príncipes o de otros acontecimientos relevantes. Era un espectáculo eminentemente caballeresco.
Es famosa la justa sostenida por Don Suero de Quiñones en la Puente del Orbigo que, con sus compañeros sostuvo en él, el legendario «paso honroso» en el mes de junio de 1434, en tiempos del rey Don Juan II, luchando contra más de trescientos caballeros por el amor de una dama.
(Castillos de León)