En 1851, Francisco Daniel Molina i Casamajó, uno de los mejores arquitectors barceloneses de la época, autor, entre otros, de la Plaza Real, de la Fuente del Genio Catalán y de la coronación del Ayuntamiento de Barcelona, proyectó la casa de Epifanio de fortuny en la calle del Carmen, 23.
En 1874, Felipe Comabella i Guimet, se licenció en farmacia y se estableció en los bajos de la casa en cuestión. Felipe Comabella era un farmacéutico reputado como lo prueba el hecho de que hubiese conseguido una Medalla de Oro en la Exposición de Amberes de 1885 por algunos productos que presentó y que en 1895 fue elegido miembro de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Barcelona.
Su hijo, Juan Comabella i Maluquer, se doctoró en Farmacia en 1897. También era licenciado en ciencias Biológicas.
En 1904 decidió reformar la farmacia y encargó el trabajo a Guillermo Busquets Vautravens, que ya había realizado encargos semejantes en otra farmacias modernistas de la Ciudad. Busquets contó con la ayuda de otros insignes artistas.
La fachada, de la que resta el primer piso, trabajada en mármoles rojizos y grisáceos por los hermanos Franzi, la escultura era de Alfonso Juyol y los hierros forjados de Manuel Ballarín.
Para el interior, de tonalidades claras, utilizó mosaicos de Mario Maragliano, ladrillos de Pujol y Bausis, muebles de roble de Gaspar Homar y ebanistería de Emilio Sangenís, con pinturas decorativas de Francisco Leixa, escayolas de Felipe Fisse y medallones de Ignacio Damians.
En 1874, Felipe Comabella i Guimet, se licenció en farmacia y se estableció en los bajos de la casa en cuestión. Felipe Comabella era un farmacéutico reputado como lo prueba el hecho de que hubiese conseguido una Medalla de Oro en la Exposición de Amberes de 1885 por algunos productos que presentó y que en 1895 fue elegido miembro de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Barcelona.
Su hijo, Juan Comabella i Maluquer, se doctoró en Farmacia en 1897. También era licenciado en ciencias Biológicas.
En 1904 decidió reformar la farmacia y encargó el trabajo a Guillermo Busquets Vautravens, que ya había realizado encargos semejantes en otra farmacias modernistas de la Ciudad. Busquets contó con la ayuda de otros insignes artistas.
La fachada, de la que resta el primer piso, trabajada en mármoles rojizos y grisáceos por los hermanos Franzi, la escultura era de Alfonso Juyol y los hierros forjados de Manuel Ballarín.
Para el interior, de tonalidades claras, utilizó mosaicos de Mario Maragliano, ladrillos de Pujol y Bausis, muebles de roble de Gaspar Homar y ebanistería de Emilio Sangenís, con pinturas decorativas de Francisco Leixa, escayolas de Felipe Fisse y medallones de Ignacio Damians.
En 1905, el Ayuntamiento le otorgó el accesit a los mejores edicficios y locales comerciales.
Juan comabella murió en 1921 y la farmacia pasó a su hijo Manuel Comabella Maluquer. a este se debe la reforma de la fachada de 1926.
En 1946, la farmacia fué traspasada a José María Mas Grau y en 1997 pasóa a manos de su hija Montserrat Mas Docampo.
El interior se conserva bastante bien.
En 1946, la farmacia fué traspasada a José María Mas Grau y en 1997 pasóa a manos de su hija Montserrat Mas Docampo.
El interior se conserva bastante bien.
Dos monos tocando instrumentos en medio del balcñón del primer piso, recuerdan que allí funcionó una escuela de musica.
(Descobrir)
(Descobrir)