El Faro de la Banya, situado en la escollera del puerto de Tarragona, fue durante mucho tiempo uno de los más importantes del Delta del Ebro y se trasladó de su emplazamiento original hasta el actual en 1985.
La impresionante torre cónica de hierro tenía un alcance pequeño y debido a que se necesitaba un faro de mayor potencia en la zona se decidió construir uno nuevo. Debido al gran valor histórico y sentimental del Faro de Banya se decidió no destruirlo sino trasladarlo definitivamente al puerto de Tarragona.
El Faro finalmente se levantó en la Punta de la Baña, sobre una playa a unas tres millas SE de la boca del puerto de los Alfaques. Esta torre de hierro estaba pintada de amarillo y contaba con una cúpula natural de cobre. En el centro se podía ver la habitación de los torreros, que tenía una curiosa forma hexagonal, y que disponía de dos puertas y varias ventanas. La “península de arena” donde estaba ubicado frecuentemente quedaba incomunicada por los temporales, además el faro carecía de aljibe de agua potable lo que hacía extremadamente difícil la vida de los torreros y sus familias por lo que en 1943 se suprimió el personal que lo atendía.
En 1978 su luz se apaga para siempre lo que provoca que el edificio estuviera durante muchos años en desuso y en estado de ruina hasta que finalmente se decidió restaurarlo y llevarlo hasta el puerto de Tarragona. En la actualidad puede contemplarse tan sólo desde el exterior, el acceso al interior está prohibido.
(Sapos y princesas)