Si hacemos caso a la traducción exacta de su nombre original romano, Eliocroca, ésta sería la Ciudad del Sol. Pero también es la Ciudad de los Cien Escudos, así llamada por la gran cantidad de patrimonio heráldico que atesora.
Situada en el valle del Guadalentín, Lorca estuvo de actualidad en mayo de 2011, cuando un terremoto hizo temblar sus entrañas y su rico catálogo monumental, que encuentra en el castillo, uno de los más grandes de España, su principal símbolo. Construido entre los siglos IX y XV, está formado por una serie de estructuras defensivas que durante la Edad Media lo convirtieron en inexpugnable, bastión clave en las contiendas entre cristianos y musulmanes durante la Reconquista. En él destacan la torre Alfonsina y la del Espolón, testigos privilegiados de lo que aquí se conoce como Taller del Tiempo, una propuesta turística y cultural que introduce a quienes hasta aquí llegan en un espacio temático, con actores, exposiciones y recursos multimedia. Una forma diferente de conocer este castillo, que también acogió en sus tiempos una judería, tal y como han puesto de manifiesto hallazgos arqueológicos recuperados durante las obras de construcción del Parador, justo al lado. El nuevo hotel ha integrado en su propio recinto algunos restos encontrados, como son un aljibe, trozos de muralla y una sinagoga del siglo XV.
Situada en el valle del Guadalentín, Lorca estuvo de actualidad en mayo de 2011, cuando un terremoto hizo temblar sus entrañas y su rico catálogo monumental, que encuentra en el castillo, uno de los más grandes de España, su principal símbolo. Construido entre los siglos IX y XV, está formado por una serie de estructuras defensivas que durante la Edad Media lo convirtieron en inexpugnable, bastión clave en las contiendas entre cristianos y musulmanes durante la Reconquista. En él destacan la torre Alfonsina y la del Espolón, testigos privilegiados de lo que aquí se conoce como Taller del Tiempo, una propuesta turística y cultural que introduce a quienes hasta aquí llegan en un espacio temático, con actores, exposiciones y recursos multimedia. Una forma diferente de conocer este castillo, que también acogió en sus tiempos una judería, tal y como han puesto de manifiesto hallazgos arqueológicos recuperados durante las obras de construcción del Parador, justo al lado. El nuevo hotel ha integrado en su propio recinto algunos restos encontrados, como son un aljibe, trozos de muralla y una sinagoga del siglo XV.
En Lorca resulta de interés la ex colegiata de San Patricio, del siglo XVI, frente a la cual se alza el Pósito, y entre medias de ambos edificios, el Ángel de la Fama, el más representativo de todos cuantos habitan las esquinas de la ciudad. Una ciudad en la que hay que fijarse bien en las fachadas de las casas, como la de los Guevara, con un pórtico churrigueresco. Más antigua es la Columna Miliaria, levantada para señalizar la Vía Augusta, aunque recientemente se ha encontrado otra con más de dos mil años. Para rematar el viaje, se impone una jornada de relax en las calas cercanas. Entre los acantilados se esconden las de Sisear, Junquera, Baño de las Mujeres, San Pedro y Cala Honda.
(El Periódico)