Se trata de una calle que sube en cuesta desde la Puerta del Sol (es una de las diez calles que desembocan en esta plaza) y la Red de San Luis (intersección con la Gran Vía).
El nombre de la calle proviene, según algunos, de que en una de sus casas vivió la mujer de un montero del rey Felipe II. La dama parece que había sido dotada de peregrina hermosura, causa de galanteos y cuchilladas, hasta tal punto que, conocida y señalada por todos los habitantes de la corte, consiguió dejar perpetua memoria en la calle que habitó.
Nada avala, sin embargo, esta historia que cuenta Hilario Peñasco de la Puente en su obra "Las calles de Madrid".
El nombre de la calle proviene, según algunos, de que en una de sus casas vivió la mujer de un montero del rey Felipe II. La dama parece que había sido dotada de peregrina hermosura, causa de galanteos y cuchilladas, hasta tal punto que, conocida y señalada por todos los habitantes de la corte, consiguió dejar perpetua memoria en la calle que habitó.
Nada avala, sin embargo, esta historia que cuenta Hilario Peñasco de la Puente en su obra "Las calles de Madrid".