El emplazamiento privilegiado de esta población fue apreciado por los celtas y por los romanos, que la convirtieron en Occilis y en lugar de paso en la calzada que unía Mérida con Zaragoza. Más tarde, los árabes antepusieron la palabra Medina y en el siglo X ya se tienen noticias de su importancia como asentamiento musulmán, convertido por Abderraman III en capital de un territorio repoblado.
El emplazamiento privilegiado de esta población fue apreciado por los celtas y por los romanos, que la convirtieron en Occilis y en lugar de paso en la calzada que unía Mérida con Zaragoza. Más tarde, los árabes antepusieron la palabra Medina y en el siglo X ya se tienen noticias de su importancia como asentamiento musulmán, convertido por Abderraman III en capital de un territorio repoblado.
A partir del siglo XVI sufrió un lento abandono que, paradójicamente, ha preservado su riqueza monumental,empezando por el arco romano, situado junto a la entrada al pueblo, que conserva numerosos tramos de las murallas.
Ya en el casco viejo destaca la Colegiata, levantada sobre la iglesia románica de Santa María y próxima a la plaza Mayor, en la que destaca el bello palacio Ducal y la alhóndiga, con una doble galería de cuatro arcadas. Otros edificios de interés son el convento de Santa Isabel y el beaterío de San Román, que pudo servir de sinagoga.
(Pequeños pueblos medievales)