Concepción Arenal, siendo muy niña, aprendió sola varios idiomas, y siendo adolescente, se vio obligada a asistir a las clases de la Universidad vestida de hombre, debido al rechazo que existía en su época hacia las mujeres que estudiaban.
Ya casada, escribía frecuentemente artículos, que firmaba con el nombre de su esposo y, cuando enviudó, el director del diario "Iberia”, al enterarse que era ella la autora de los interesantes artículos, le ofreció seguir escribiéndolos, pero... pagándole la mitad de dinero. Escribió numerosos libros, destacando sus "Estudios penitenciarios", tanto, que, en varios Congresos Penitenciarios europeos, presentó interesantes informes.
Ya casada, escribía frecuentemente artículos, que firmaba con el nombre de su esposo y, cuando enviudó, el director del diario "Iberia”, al enterarse que era ella la autora de los interesantes artículos, le ofreció seguir escribiéndolos, pero... pagándole la mitad de dinero. Escribió numerosos libros, destacando sus "Estudios penitenciarios", tanto, que, en varios Congresos Penitenciarios europeos, presentó interesantes informes.
Una frase encierra todo su pensamiento:
"Abrid escuelas y se cerrarán cárceles"
(María Francisca Olmedo de Cerdá - Anecdotario histórico español)