Como las ruinas del convento de templarios se hallan en el término de los Horcajos, en lo alto de la sierra del Madero, término de Valdegeña, la fantasía popular ha divulgado, año tras año, que las ánimas de los frailes del Temple dejan sus tumbas la noche de difuntos y vagan por calles, plazas y collados pacíficamente, pero a las doce de esa noche tétrica, al sonar las campanas de las iglesias, salen los esqueletos, envueltos en blancos sudarios, dan gritos horribles de venganza, de angustia, con chocar de armaduras y espadas.
Esta dantesca leyenda, sincronizada precisamente la noche de difuntos, fue localizada y aun personalizada por los moradores de Trébago, relatando la visión y sucedido a un cazador nocherniego que vió, por sus ojos, levantarse las losas de las tumbas de los friales y salir sus esqueletos en macabra procesión de danzantes, al son de horrísona algabaría.
(Santiago Lázaro, Leyendas de Soria de F. Zamora Lucas
Descubre Castilla)
Esta dantesca leyenda, sincronizada precisamente la noche de difuntos, fue localizada y aun personalizada por los moradores de Trébago, relatando la visión y sucedido a un cazador nocherniego que vió, por sus ojos, levantarse las losas de las tumbas de los friales y salir sus esqueletos en macabra procesión de danzantes, al son de horrísona algabaría.
(Santiago Lázaro, Leyendas de Soria de F. Zamora Lucas
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