El aroma del campo después de la lluvia, un membrillo escondido en el armario, la hierba recién cortada... En el Museo de los Aromas de Santa Cruz de la Salceda, en Burgos, un centenar de fragancias invitan a reconocerlas y a descubrir de qué manera nos enamoran, curan, avisan de un peligro o evocan recuerdos.
(El País)