Ramírez de Arellano en Paseos por Córdoba nos cuenta como cerca de la Iglesia de Santa Marina (entre la calle Muro de la Misericordia y Moriscos) estuvo el Hospital del Cristo de la Misericordia. Su titular era un Crucificado quién, según la leyenda, se llamó de la Misericordia por el milagro que realizó cuando, un hombre del barrio quedó ciego. Nada de lo que le dieron le devolvía la vista. Su desesperación iba en aumento hasta que un día entró, y puesto frente al Cristo, le dio un terrible golpe con su bastón y le gritó"¿para qué me sirves, si no puedes devolverme la vista?" En ese momento, sus ojos vieron la luz y la voz corrió por la ciudad, llamando al Cristo de la Misericordia por la que había mostrado ante quién tan mal le tratara.
(Cordobapedia)
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