La necesidad de crear un acceso peatonal al empinado casco monumental de Toledo fue resuelta por los arquitectos José Antonio Martínez Lapeña y Elias Torres con unas escaleras mecánicas incrustadas en la ladera del Rodadero, un terreno en pendiente entre la Puerta de la Bisagra y la subida de la Granja. Con aparcamiento a pie de muralla, la cinta salva el fuerte desnivel en pocos minutos.
(El País)
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