En la tercera de ellas descubrieron un pozo que, increíblemente, todavía contiene agua a día de hoy. Es a la vez pozo, porque mana agua de sí mismo y también aljibe ya que recibe agua de lluvia a través de 3 agujeros en el techo. El agua que aquí caía era trasladada por tres canales hasta el pozo. Se cree que este aljibe-pozo se tapo en su día y se mantuvo oculto ya que durante siglos el agua era un bien preciado en Toledo. Se comerciaba con él a través de los aguadores. Solo las clases pudientes podían comprar agua limpia. El resto bebían de los arroyos contaminados que desembocaban en el Tajo. Intentaban potabilizar el agua filtrándola por vasijas de arcilla e hirviéndola.
Patrimonio paso a paso