El Real Jardín Botánico fue fundado por Fernando VI en 1755 y diseñado por los arquitectos Francisco Sabatini y Juan de Villanueva.
Entre sus elementos destacan la Puerta de Murillo, la del Rey y el Pabellón Villanueva. La belleza de su trazado neoclásico y su ubicación en el centro de la ciudad lo convierten en uno de los más singulares jardines botánicos de Europa.
Desde sus orígenes, su función ha sido la investigación, conservación y difusión del mundo de las plantas. Entre sus colecciones, sobresalen los herbarios, los dibujos y manuscritos de su archivo, y su biblioteca. Custodia el material procedente de las expediciones científicas organizadas en los siglos XVIII y XIX a América (Mutis, Ruiz y Pavón, Malaspina, etc.), entre otras.
Los parterres exhiben un valioso muestrario de plantas vivas, con más de 5.000 especies diferentes. Posee dos invernaderos: el de exhibición, con tres ambientes (tropical, húmedo y desértico); y la estufa de las Palmas, construido en el siglo XIX.
También cuenta con una importante colección de bonsáis.
(Turespaña)
Entre sus elementos destacan la Puerta de Murillo, la del Rey y el Pabellón Villanueva. La belleza de su trazado neoclásico y su ubicación en el centro de la ciudad lo convierten en uno de los más singulares jardines botánicos de Europa.
Desde sus orígenes, su función ha sido la investigación, conservación y difusión del mundo de las plantas. Entre sus colecciones, sobresalen los herbarios, los dibujos y manuscritos de su archivo, y su biblioteca. Custodia el material procedente de las expediciones científicas organizadas en los siglos XVIII y XIX a América (Mutis, Ruiz y Pavón, Malaspina, etc.), entre otras.
Los parterres exhiben un valioso muestrario de plantas vivas, con más de 5.000 especies diferentes. Posee dos invernaderos: el de exhibición, con tres ambientes (tropical, húmedo y desértico); y la estufa de las Palmas, construido en el siglo XIX.
También cuenta con una importante colección de bonsáis.
(Turespaña)