El Alto Tajo presenta la mayoría de las características típicas de la Cordillera Ibérica, algunas de manera muy destacada e incluso produciendo formas y microformas exclusivas de este área.
Destacan las formas vinculadas a los cauces tales como cañones, hoces -ambos muy abundantes- y terrazas, así como formas singulares de ladera, es decir, cuchillos, agujas y monolitos.
En resumen, conforma la red de cañones y hoces continua más extensa de Castilla-La Mancha.
La red hidrográfica es el elemento que ha configurado la zona tal y como la vemos en la actualidad. El agua de los cauces fluviales ha condicionado el clima, la orografía, la flora, la fauna e incluso los asentamientos humanos.
Esta red se compone del propio río Tajo desde su nacimiento hasta la desembocadura de la rambla de Carrascosa del Tajo y un amplio elenco de afluentes directos e indirectos entre los que cabe destacar el Cabrillas, el Bullones, el Gallo, el Arandilla, el Salado, el Ablanquejo, el Hoceseca y el Tajuelo.
Existen cinco enclaves singulares que son el nacimiento del Río Cuervo, las lagunas de Taravilla y Valtablado y las salinas de Armallá y Saélices.
En conjunto, el grado de conservación de las aguas y las hoces de toda esa red es bueno.
Destacan las formas vinculadas a los cauces tales como cañones, hoces -ambos muy abundantes- y terrazas, así como formas singulares de ladera, es decir, cuchillos, agujas y monolitos.
En resumen, conforma la red de cañones y hoces continua más extensa de Castilla-La Mancha.
La red hidrográfica es el elemento que ha configurado la zona tal y como la vemos en la actualidad. El agua de los cauces fluviales ha condicionado el clima, la orografía, la flora, la fauna e incluso los asentamientos humanos.
Esta red se compone del propio río Tajo desde su nacimiento hasta la desembocadura de la rambla de Carrascosa del Tajo y un amplio elenco de afluentes directos e indirectos entre los que cabe destacar el Cabrillas, el Bullones, el Gallo, el Arandilla, el Salado, el Ablanquejo, el Hoceseca y el Tajuelo.
Existen cinco enclaves singulares que son el nacimiento del Río Cuervo, las lagunas de Taravilla y Valtablado y las salinas de Armallá y Saélices.
En conjunto, el grado de conservación de las aguas y las hoces de toda esa red es bueno.