En un mundo de estraperlo en el que todo se le escapaba, la autoridad estaba obsesionada por controlarlo todo. Los cubitos de caldo, por ejemplo.
Debían tener formato de hexaedro y medir 14 milímetros por lado, con un peso neto de 4 gramos. El corriente podía venderse a 10 céntimos cada unidad, el que contuviese extracto de pollo podía costar 20 céntimos.
(La España del estraperlo - José Martí Gómez)
Debían tener formato de hexaedro y medir 14 milímetros por lado, con un peso neto de 4 gramos. El corriente podía venderse a 10 céntimos cada unidad, el que contuviese extracto de pollo podía costar 20 céntimos.
(La España del estraperlo - José Martí Gómez)