Ribera Alta, Ribera Baja, Valdizarbe, Baja Montaña y Tierra Estella son las cinco subzonas que integran la Denominación de Origen Navarra. En total, son unas 20.000 ha de viñedo.
Las características edafológicas y climáticas, aunque muy bien diferenciadas entre las cinco comarcas, permiten el desarrollo de la vid en las mejores condiciones. En la Ribera Baja los suelos son más áridos y el clima más cálido que en el resto de subzonas.
Como se ha dicho, dentro de la denominación de origen Navarra se distinguen las siguientes zonas:
— Ribera Baja, con tintos bien elaborados que se caracterizan por una grata aspereza y una buena
graduación. Los blancos de esta misma zona son secos (de 11 a 14°), semidulces (11-13°), moscateles(13-15°) y mistelas (14-19°);
— Ribera Alta, donde, debido a la menor insolación, los vinos son de menor graduación;
— Valdizarbe, con vinos de menos graduación aún que los anteriores. Los rosados secos se sitúan entre los 11 y los 13°, y los tintos y claretes entre 11 y 15°;
— Tierra Estella Cabe, con su famoso clarete de Estella, oscuro, fino y de aromático buqué;
— Montaña, subdividida a su vez en parte baja, con tintos entre los 13 y los 16º, y parte alta, con tintos de 11 a 13°.
La variedad por excelencia de esta denominación de origen es la garnacha tinta. Se cultivan también: tempranillo, graciano y cabernet entre las tintas y viura (variedad principal), garnacha blanca, mavasía, moscatel de grano menudo y chardonnais entre las blancas.
Son tradicionales los vinos rosados, jóvenes, de intenso aroma afrutado, suaves y de excelente calidad.
Como están tan bien asentados, la denominación de origen se ha esforzado en la elaboración de tintos de crianza y reserva con proporciones de tempranillo, garnacha, cabernet, sauvignon y otras que extraigan lo mejor de cada cepa, envejezcan bien y se diferencien de los riojanos. Los blancos navarros son suaves, agradables y con buena acidez.
Los tintos se someten a una crianza de un año en barrica de roble de 500 l. de capacidad y los blancos y rosados a crianza de seis meses.
Las características edafológicas y climáticas, aunque muy bien diferenciadas entre las cinco comarcas, permiten el desarrollo de la vid en las mejores condiciones. En la Ribera Baja los suelos son más áridos y el clima más cálido que en el resto de subzonas.
Como se ha dicho, dentro de la denominación de origen Navarra se distinguen las siguientes zonas:
— Ribera Baja, con tintos bien elaborados que se caracterizan por una grata aspereza y una buena
graduación. Los blancos de esta misma zona son secos (de 11 a 14°), semidulces (11-13°), moscateles(13-15°) y mistelas (14-19°);
— Ribera Alta, donde, debido a la menor insolación, los vinos son de menor graduación;
— Valdizarbe, con vinos de menos graduación aún que los anteriores. Los rosados secos se sitúan entre los 11 y los 13°, y los tintos y claretes entre 11 y 15°;
— Tierra Estella Cabe, con su famoso clarete de Estella, oscuro, fino y de aromático buqué;
— Montaña, subdividida a su vez en parte baja, con tintos entre los 13 y los 16º, y parte alta, con tintos de 11 a 13°.
La variedad por excelencia de esta denominación de origen es la garnacha tinta. Se cultivan también: tempranillo, graciano y cabernet entre las tintas y viura (variedad principal), garnacha blanca, mavasía, moscatel de grano menudo y chardonnais entre las blancas.
Son tradicionales los vinos rosados, jóvenes, de intenso aroma afrutado, suaves y de excelente calidad.
Como están tan bien asentados, la denominación de origen se ha esforzado en la elaboración de tintos de crianza y reserva con proporciones de tempranillo, garnacha, cabernet, sauvignon y otras que extraigan lo mejor de cada cepa, envejezcan bien y se diferencien de los riojanos. Los blancos navarros son suaves, agradables y con buena acidez.
Los tintos se someten a una crianza de un año en barrica de roble de 500 l. de capacidad y los blancos y rosados a crianza de seis meses.
GRADUACIÓN ALCOHÓLICA Blancos 10 a 12.5 % vol. Rosados 10 a 13.5 % vol. Tintos 10 a 14 % vol. |