El convento de las Descalzas era una posesión real, y en ella se refugió doña Berenguela con su hijo el príncipe don Fernando, que más adelante figura en la historia con el nombre de Fernando III el Santo. Pretendía D. Alvaro de Lara, con sus parciales, apoderarse del niño; pero defendido éste por los monjes de San Martín y la gente de la Villa, obligaron á retirarse al de Lara sin haber conseguido su objeto.
La refriega tuvo lugar en este sitio, donde se colocó una cruz con la siguiente inscripción, que copia el Padre Sarmiento: «Aquí murieron algunos de nuestros monjes y varios domésticos de este priorato, con muchos hermanos de la Cofradía del Santísimo Sacramento, en defensa de la señora reina Berengaria y de su fijo el rey San Fernando, librándolos de la facción de los Laras que los tenían rodeados en su quinta real.»
Todos los años se hacía un aniversario, cuya costumbre duró, según Capmany, hasta el reinado de Fernando VII.
La refriega tuvo lugar en este sitio, donde se colocó una cruz con la siguiente inscripción, que copia el Padre Sarmiento: «Aquí murieron algunos de nuestros monjes y varios domésticos de este priorato, con muchos hermanos de la Cofradía del Santísimo Sacramento, en defensa de la señora reina Berengaria y de su fijo el rey San Fernando, librándolos de la facción de los Laras que los tenían rodeados en su quinta real.»
Todos los años se hacía un aniversario, cuya costumbre duró, según Capmany, hasta el reinado de Fernando VII.