La Plaza de la Catedral es una apuesta por la nostalgia, el romanticismo y el anhelo de vivir la historia.
La catedral es una rareza dentro del gótico puesto que solo tiene una torre, además en su “Cámara Santa” y un sinfín de tesoros como “La Cruz de la Victoria”.
Pero, más allá de la visita a los monumentos, contemplar un atardecer en esta plaza es una experiencia estética. Su localización permite que los diferentes tonos de luces se mezclen con el conjunto que también incluye el Palacio de Valdecarzana y Heredia y la escultura que representa a Ana Ozores, protagonista de la Regenta, un delicado homenaje al escritor Leopoldo Alas Clarín.
La catedral es una rareza dentro del gótico puesto que solo tiene una torre, además en su “Cámara Santa” y un sinfín de tesoros como “La Cruz de la Victoria”.
Pero, más allá de la visita a los monumentos, contemplar un atardecer en esta plaza es una experiencia estética. Su localización permite que los diferentes tonos de luces se mezclen con el conjunto que también incluye el Palacio de Valdecarzana y Heredia y la escultura que representa a Ana Ozores, protagonista de la Regenta, un delicado homenaje al escritor Leopoldo Alas Clarín.