En las tardes lluviosas de Asturias es normal que los desocupados se reunan en los "chigres" o tabernas y, entre vaso y vaso de sidra cuentan mil y una historias como las que yo os ofrezco. Una de ellas es la siguiente que copio de Alfredo, un jubilado como yo mismo:
- ¿Recuerdas aquél cuento de uno que trabajaba en la fabrica, y que todos los fines de semana salía por la puerta con una carretilla cargada de madera?
- Eso era un cuento.
- Que no, que fue verdad. Sacaba la madera de los palés viejos con la factura que le hacían en Almacenes Generales, el guardia la miraba y le dejaba pasar. Pero el jefe de los almacenes, cayó en la cuenta de que el material era demasiado barato vendiendo al menudeo y que no cubría el papeleo, entonces subió el precio. El tipo continuó pagando y saliendo con la mercancía, pero uno de los guardias, entró en sospecha ¿si antes pagaba cinco pesetas por la leña, cómo ahora pagaba cincuenta? Más barato le saldría en la carbonería. Allí había gato encerrado. Y le hizo descargar la madera para ver si encontraba algo más. Pero no había nada, Hasta que se fijó en que cada día salía con una carretilla distinta.
- Lo raro era que el guardia no participase en el negocio, ahora dicen que los vigilantes de las grandes superficies y los empleados, se llevan más que los rateros.
Alfredo (jubilata)
- ¿Recuerdas aquél cuento de uno que trabajaba en la fabrica, y que todos los fines de semana salía por la puerta con una carretilla cargada de madera?
- Eso era un cuento.
- Que no, que fue verdad. Sacaba la madera de los palés viejos con la factura que le hacían en Almacenes Generales, el guardia la miraba y le dejaba pasar. Pero el jefe de los almacenes, cayó en la cuenta de que el material era demasiado barato vendiendo al menudeo y que no cubría el papeleo, entonces subió el precio. El tipo continuó pagando y saliendo con la mercancía, pero uno de los guardias, entró en sospecha ¿si antes pagaba cinco pesetas por la leña, cómo ahora pagaba cincuenta? Más barato le saldría en la carbonería. Allí había gato encerrado. Y le hizo descargar la madera para ver si encontraba algo más. Pero no había nada, Hasta que se fijó en que cada día salía con una carretilla distinta.
- Lo raro era que el guardia no participase en el negocio, ahora dicen que los vigilantes de las grandes superficies y los empleados, se llevan más que los rateros.
Alfredo (jubilata)