La localidad zaragozana de Borja alcanzó fama mundial en el año 2012 a raíz de la intervención que una vecina octogenaria realizó en una pintura mural del Ecce Homo en el santuario de la Misericordia provocando la afluencia masiva de visitantes y periodistas de los cinco continentes. El pasado marzo abrió sus puertas en el templo, situado a cinco kilómetros del casco urbano, el centro de interpretación dedicado a este fenómeno mediático mundial. El espacio repasa lo acontecido hace cuatro años así como las biografías de la "restauradora" Cecilia Giménez y del autor original de la obra, Elías García.
Aunque Borja tiene mucho que ofrecer al viajero, como su impresionante colegiata románica, varios museos y numerosas casas palaciegas fruto del esplendor y crecimiento que experimento la villa en los siglos XVI y XVII. La ruta cultural de la ciudad comienza en el museo de Arqueología, ubicado en la antigua parroquia de San Miguel, y continúa por la sala de exposiciones dedicada al pintor borjano Baltasar González. La colegiata de Santa María es uno de los monumentos más importantes de la ciudad, ubicada junto a su museo. A partir de una iglesia románica del siglo XII se fue configurando el templo actual, amalgama de estilos, en el que destaca su claustro gótico y sus dos esbeltas torres.
El recorrido prosigue por los conventos de la Concepción, Santa Clara y Dominicos, ejemplos de arquitectura barroca. De estilo renacentista son la casa consistorial, en cuyo interior se ubica el Salón de los Reyes, decorado con los retratos de los monarcas que concedieron privilegios a la ciudad; y las numerosas casas nobiliarias que jalonan las calles borjanas. Entre ellas destacan la casa Aguilar, sede el Centro de Estudios Borjanos, y la casa de Los Ángulo, que forma parte del bello conjunto de la plaza del Mercado. Completan la ruta las casas de las Conchas y de la Estanca, esta última de estilo mudejar. Dentro de la arquitectura contemporánea se enmarcan el edificio del teatro de Cervantes y el parque de San Francisco de Borja que, situado a la entrada de la ciudad, es el lugar ideal para descansar.
Aunque Borja tiene mucho que ofrecer al viajero, como su impresionante colegiata románica, varios museos y numerosas casas palaciegas fruto del esplendor y crecimiento que experimento la villa en los siglos XVI y XVII. La ruta cultural de la ciudad comienza en el museo de Arqueología, ubicado en la antigua parroquia de San Miguel, y continúa por la sala de exposiciones dedicada al pintor borjano Baltasar González. La colegiata de Santa María es uno de los monumentos más importantes de la ciudad, ubicada junto a su museo. A partir de una iglesia románica del siglo XII se fue configurando el templo actual, amalgama de estilos, en el que destaca su claustro gótico y sus dos esbeltas torres.
El recorrido prosigue por los conventos de la Concepción, Santa Clara y Dominicos, ejemplos de arquitectura barroca. De estilo renacentista son la casa consistorial, en cuyo interior se ubica el Salón de los Reyes, decorado con los retratos de los monarcas que concedieron privilegios a la ciudad; y las numerosas casas nobiliarias que jalonan las calles borjanas. Entre ellas destacan la casa Aguilar, sede el Centro de Estudios Borjanos, y la casa de Los Ángulo, que forma parte del bello conjunto de la plaza del Mercado. Completan la ruta las casas de las Conchas y de la Estanca, esta última de estilo mudejar. Dentro de la arquitectura contemporánea se enmarcan el edificio del teatro de Cervantes y el parque de San Francisco de Borja que, situado a la entrada de la ciudad, es el lugar ideal para descansar.