Dos dependientes del bazar madrileño El Encanto, regentado por el asturiano César Rodríguez, le estaban dando vueltas a su emancipación desde hacía varios años. Uno de ellos, Pepín Fernández, logró su sueño en el mes de abril de 1943. Sederías Carretas comunicaba a sus clientes la apertura de su nueva y gran sucursal, Galerías Preciados, el gran sueño de Pepín Fernández.
El día 3 de abril, sábado, se inauguró el edificio, situado entre las calles Preciados y Carmen, que aún hoy se conserva albergando los almacenes franceses FNAC. La fiesta de inauguración alcanzó la categoría de acontecimiento excepcional, según las crónicas de la época, que calificaron las instalaciones de modernas y de exquisito gusto: «Madrid, gran capital europea, exigía un centro comercial y social de la categoría de Galerías Preciados. (...) Potentes, amplios y modernísimos ascensores facilitan el cómodo y agradable acceso a todos los pisos. Cada piso es una tienda aparte», se dice.
La primera gran campaña de ventas que organiza el nuevo almacén es de velos de Chantilly y de blonda, mantillas españolas, y mantos y velos de luto. También se anuncian medias de gasa, de gasa doble y de seda artificial. Comienza la Semana Santa y Galerías Preciados no podía resistirse a vestir de manera apropiada para el evento a la mujer española.
Galerías vino a competir con El Corte Inglés, el almacén creado tres años antes por el compañero de Pepín Fernández en el bazar El Encanto, Ramón Areces.
Les ejemplos de Ramón Areces y Pepín Fernandez no son aislados. En aquella época de hambre y miseria surge un puñado de empresarios que hacen de la necesidad virtud y se arriesgan en un tiempo muy complicado para poner los cimientos de negocios que, en muchos casos, han logrado sobrevivir hasta nuestros días.
(Tiempos de hambre - Isaías Lafuente)
El día 3 de abril, sábado, se inauguró el edificio, situado entre las calles Preciados y Carmen, que aún hoy se conserva albergando los almacenes franceses FNAC. La fiesta de inauguración alcanzó la categoría de acontecimiento excepcional, según las crónicas de la época, que calificaron las instalaciones de modernas y de exquisito gusto: «Madrid, gran capital europea, exigía un centro comercial y social de la categoría de Galerías Preciados. (...) Potentes, amplios y modernísimos ascensores facilitan el cómodo y agradable acceso a todos los pisos. Cada piso es una tienda aparte», se dice.
La primera gran campaña de ventas que organiza el nuevo almacén es de velos de Chantilly y de blonda, mantillas españolas, y mantos y velos de luto. También se anuncian medias de gasa, de gasa doble y de seda artificial. Comienza la Semana Santa y Galerías Preciados no podía resistirse a vestir de manera apropiada para el evento a la mujer española.
Galerías vino a competir con El Corte Inglés, el almacén creado tres años antes por el compañero de Pepín Fernández en el bazar El Encanto, Ramón Areces.
Les ejemplos de Ramón Areces y Pepín Fernandez no son aislados. En aquella época de hambre y miseria surge un puñado de empresarios que hacen de la necesidad virtud y se arriesgan en un tiempo muy complicado para poner los cimientos de negocios que, en muchos casos, han logrado sobrevivir hasta nuestros días.
(Tiempos de hambre - Isaías Lafuente)