En las masías catalanas siempre había un pan de payés redondo, del cual se sacaban unas rebanadas grandes y robustas, que a veces duraba una semana entera. Para aprovecharlo y hacerlo más comible, se mojaban las rebanadas con un buen chorro de vino tinto, de manera que quedasen bien impregnadas, y finalmente por encima se añadía azúcar.
(Espelt)
Nota personal: Yo lo he comido en casa de mis abuelos en La Rioja, adaptado a los productos de la tierra: El vino que cosechaba mi abuelo y el pan que amasaba mi abuela.
Os puedo asegurar que reemplaza con creces a la mejor merienda.
(Espelt)
Nota personal: Yo lo he comido en casa de mis abuelos en La Rioja, adaptado a los productos de la tierra: El vino que cosechaba mi abuelo y el pan que amasaba mi abuela.
Os puedo asegurar que reemplaza con creces a la mejor merienda.