HISTORIA
Las primeras referencias de población en la zona datan del periodo neolítico, aunque serían los vettones quienes crearan la primera plaza fuerte, Miróbriga. Los romanos atraídos por la importancia ganadera y su estratégica situación ocuparon la zona, marcando sus límites con las Tres Columnas y rebautizando la ciudad como Augustobriga. Para facilitar las comunicaciones levantan un puente.
Hasta la repoblación del siglo XII, apenas se tienen referencias de la ocupación visigoda y árabe. No obstante ya era uno de los obispados más influyentes de la época. La ciudad recibe el nombre de Ciudad Rodrigo en homenaje a Rodrigo González Girón, conde leonés que la conquista a los árabes, aunque se pierda de nuevo para tomarse definitivamente en 1136. El rey Fernando II se puede considerar el gran benefactor, ya que restablece el obispado y le concede el título de Civitas. También reconstruye las defensas de la ciudad y el puente que han destruido los árabes.
A medida que se alejan las fronteras, la ciudad ve como aumenta su importancia ganadera gracias a la Mesta y los intercambios comerciales con Portugal. Enrique II, hermano de Pedro I, levanta el castillo y refuerza las murallas. Siguen años de bonanza y desarrollo que se reflejan en la construcción de palacios y mansiones señoriales (hoy, orgullo de su patrimonio).
Ciudad Rodrigo es al mismo tiempo un importante foco literario, baste recordar los nombres de Feliciano de Silva (1492-1560), famoso autor de novelas de caballería, o la Dama de Augustobriga (Da Catalina Arias), autora de varias obras del mismo tema. También son mirobri-genses Francisco de Guzmán y Cristóbal del Castillejo (14947-1590).
Durante la francesada, sufrió gravísimos daños primero por la ocupación gala, que saqueó todo lo habido y por haber, y posteriormente por los asedios de las tropas de Wellington, apoyadas por los garrochistas de Julián Sánchez "El Charro". Todo ello repercutió considerablemente en su patrimonio, objeto de daños irrecuperables.
(Guía Azul)