De origen navarro, Teresa era hija del noble Juan de Vidaure y hermana de Pedro Gil de Vidaure. Narran que era mujer de una gran belleza, de la que quedó encandilado el monarca aragonés Jaime I a temprana edad. La insistencia y los cortejos del rey eran tales que Teresa Gil de profundas convicciones religiosas y de gran carácter, le conminó a manifestar ante un testigo la promesa de matrimonio. La promesa se hizo, pero el rey no la cumplió, casándose al poco tiempo con Violante de Hungría en diciembre de 1235.
Ciertos documentos indican que a pesar de esa circunstancia, Teresa Gil siguió manteniendo algún tipo de relación con Jaime I mientras éste estuvo casado con la reina Violante que fallecería en 1251.
Muerta la reina, Jaime y Teresa, viuda de Sancho Pérez de Lodosa, rehacen la relación hasta convertirla en un auténtico matrimonio social, no consagrado por la iglesia. En 1255 Jaime I mediante documento público le otorga el castillo de Jérica. Dos años después le daría la villa de Alcublas. De su relación nacieron dos hijos, Jaime de Jérica, el primogénito, y Pedro de Ayerbe.
Sin embargo, la agitada vida amorosa de Jaime I hizo que, hacia los primeros años de la década de 1260 abandonase a su mujer, con el pretexto de que esta había contraído la lepra. Teresa Gil reclamó antes las instancias vaticanas la defensa de su matrimonio, con la prueba de la promesa dada en su día por el rey. Pero su valedor y testigo del juramento había fallecido, por lo que no pudo ser probado el hecho. El papa Clemente IV resolvió el caso indicando que aunque no había sido un verdadero matrimonio por no mediar el sacramento, ése se había legitimado y consumado por la unión carnal.
El 7 de junio de 1272, Teresa Gil de vidaure y su hijo Jaime habían otorgado a Pérez de Ribavellosa, alcalde de Jérica/Xérica, la Masía de Ullastre y el 15 de enero de 1277, la Masía de Uñoz (Villa de Altura).
Un nuevo amor el de Berenguela Alfonso, hija del infante Alfonso de Castilla, había desplazado a la noble Teresa del corazón del rey. Teresa Gil se instaló en el Monasterio de la Zaidia de Valencia, fundado por ella misma, lugar en el que llevó una vida de recogimiento hasta su muerte acaecida en 1285.
Ciertos documentos indican que a pesar de esa circunstancia, Teresa Gil siguió manteniendo algún tipo de relación con Jaime I mientras éste estuvo casado con la reina Violante que fallecería en 1251.
Muerta la reina, Jaime y Teresa, viuda de Sancho Pérez de Lodosa, rehacen la relación hasta convertirla en un auténtico matrimonio social, no consagrado por la iglesia. En 1255 Jaime I mediante documento público le otorga el castillo de Jérica. Dos años después le daría la villa de Alcublas. De su relación nacieron dos hijos, Jaime de Jérica, el primogénito, y Pedro de Ayerbe.
Sin embargo, la agitada vida amorosa de Jaime I hizo que, hacia los primeros años de la década de 1260 abandonase a su mujer, con el pretexto de que esta había contraído la lepra. Teresa Gil reclamó antes las instancias vaticanas la defensa de su matrimonio, con la prueba de la promesa dada en su día por el rey. Pero su valedor y testigo del juramento había fallecido, por lo que no pudo ser probado el hecho. El papa Clemente IV resolvió el caso indicando que aunque no había sido un verdadero matrimonio por no mediar el sacramento, ése se había legitimado y consumado por la unión carnal.
El 7 de junio de 1272, Teresa Gil de vidaure y su hijo Jaime habían otorgado a Pérez de Ribavellosa, alcalde de Jérica/Xérica, la Masía de Ullastre y el 15 de enero de 1277, la Masía de Uñoz (Villa de Altura).
Un nuevo amor el de Berenguela Alfonso, hija del infante Alfonso de Castilla, había desplazado a la noble Teresa del corazón del rey. Teresa Gil se instaló en el Monasterio de la Zaidia de Valencia, fundado por ella misma, lugar en el que llevó una vida de recogimiento hasta su muerte acaecida en 1285.