La butifarra con alubias (en catalán, Botifarra amb mongetes o Botifarra amb seques) es un plato tradicional de la cocina catalana, a base de butifarra y de judías blancas, que se popularizó sobre todo en las fondas de comida casera y popular del siglo XIX. El binomio butifarra y alubias se considera característico de la cocina catalana y occitana en general. Para algunos, este plato representa a Cataluña y a su cultura. "...es uno de los platos más queridos de la cocina catalana. Tiene un halo popular, izquierdoso, de grupo, de porrón alzado y de canciones un poco subidas de tono." Es un plato que el imaginario popular asocia frecuentemente a las butifarradas y a los restaurantes en masías.
En las fondas de sisos de Barcelona era un plato conocido como "una chica del país" (una noia del país, refiriéndose a la butifarra catalana) y "las once mil vírgenes" (les onze mil verges, las "judías blancas" en catalán se llaman mongetes y es un homónimo de "monjitas").
No se trata de un plato de la cocina clásica de la época medieval sino más reciente, ya que, por ejemplo, las alubias no pudieron entrar en la gastronomía catalana antes del descubrimiento de América, al final del siglo XV. Por otro lado, aunque ya existía, en las referencias escritas hay que tener en cuenta que la butifarra no tenía este nombre (en catalán, botifarra) hasta fin
al del siglo XIX.
Se sabe que el plato era ya muy popular en el siglo XIX, y la receta, así como otras parecidas, aparece descrita (aunque aparece el término llonganissa o llangonissa en vez de botifarra, para referirse al mismo producto).
En las fondas de sisos de Barcelona era un plato conocido como "una chica del país" (una noia del país, refiriéndose a la butifarra catalana) y "las once mil vírgenes" (les onze mil verges, las "judías blancas" en catalán se llaman mongetes y es un homónimo de "monjitas").
No se trata de un plato de la cocina clásica de la época medieval sino más reciente, ya que, por ejemplo, las alubias no pudieron entrar en la gastronomía catalana antes del descubrimiento de América, al final del siglo XV. Por otro lado, aunque ya existía, en las referencias escritas hay que tener en cuenta que la butifarra no tenía este nombre (en catalán, botifarra) hasta fin
al del siglo XIX.
Se sabe que el plato era ya muy popular en el siglo XIX, y la receta, así como otras parecidas, aparece descrita (aunque aparece el término llonganissa o llangonissa en vez de botifarra, para referirse al mismo producto).