En la década de 1830 el entorno de la Carrera de San Jerónimo se convirtió en polo de atracción para numerosos establecimientos comerciales, entre los que destacaron las confiterías con sus novedosos productos de repostería. Quizá, las dos más representativas de la zona fueron Lhardy y la Pastelería del Pozo, a las que años después se sumaría la famosa Casa Mira.
La Pastelería del Pozo fue fundada en 1830 con el nombre de “Horno de la calle del Pozo”. El establecimiento presenta la estética de los comercios tradicionales, con una fachada compuesta por cuarterones de madera y paños de cristal en las puertas y el escaparate. El interior conserva el sabor de los antiguos obradores, de hecho se siguen elaborando de forma artesanal unos magníficos hojaldres que han dado fama al establecimiento.
La Pastelería del Pozo fue fundada en 1830 con el nombre de “Horno de la calle del Pozo”. El establecimiento presenta la estética de los comercios tradicionales, con una fachada compuesta por cuarterones de madera y paños de cristal en las puertas y el escaparate. El interior conserva el sabor de los antiguos obradores, de hecho se siguen elaborando de forma artesanal unos magníficos hojaldres que han dado fama al establecimiento.