En Astorga, capital de La Maragatería, se afincan numerosos miembros de este grupo étnico de origen desconocido, aunque se supone que descienden de la invasión bereber del siglo VIII. Tradicionalmente se han casado entre sí, conservando sus costumbres y manteniéndose apartados del resto de la sociedad. En otros tiempos solían ser tratantes de ganado, aunque la nueva organización social ha alterado sus formas de vida. En fiestas visten sus magníficos trajes tradicionales.