Desde Alora, por la sinuosa MA-441, se llega a Carratraca. Durante el siglo XIX y comienzos del XX, la buena sociedad europea se desplazaba a esta localidad por las propiedades curativas de sus manantiales sulfurosos. Actualmente el agua sigue manando a razón de 700 litros por minuto y el balneario permanece abierto, pero los visitantes son escasos.
Las instalaciones conservan su antiguo encanto y están ubicadas en un hermoso paisaje.