La Osa de Andara en la mitología cántabra es un ser que habita los picos de Europa, en la región de Andara.
Es una mujer-osa, que desaparece con la llegada de las nieves, pero vuelve a aparecer con el buen tiempo para reanudar sus fechorías. Tiene la cara de mujer madura sin serlo y algo desdibujadas las facciones, cuando se enfada bizquea; tiene unas manos enormes de color oscuro, es brava y forzuda, pero rara vez demuestra su agresividad. Su cuerpo está cubierto por un traje viejo y vulgar, los cabellos son largos y de color oscuro, sus brazos y piernas están cubiertos del mismo pelo que tienen los osos.
Se alimenta normalmente de leche, castañas, raíces, maíz crudo y bayas de ciertos árboles y, a veces, de algún cabritillo.
Es una mujer-osa, que desaparece con la llegada de las nieves, pero vuelve a aparecer con el buen tiempo para reanudar sus fechorías. Tiene la cara de mujer madura sin serlo y algo desdibujadas las facciones, cuando se enfada bizquea; tiene unas manos enormes de color oscuro, es brava y forzuda, pero rara vez demuestra su agresividad. Su cuerpo está cubierto por un traje viejo y vulgar, los cabellos son largos y de color oscuro, sus brazos y piernas están cubiertos del mismo pelo que tienen los osos.
Se alimenta normalmente de leche, castañas, raíces, maíz crudo y bayas de ciertos árboles y, a veces, de algún cabritillo.