La sociedad gallega tradicional, con frecuencia relacionó los megalitos con las Mouras, unos seres míticos, casi siempre de extraordinaria belleza, que habitan en estos monumentos o en su entorno. A veces también aparecen como las constructoras de los megalitos, transportando grandes piedras sobre su cabeza, o guardando los tesoros que se ocultan en el interior del monumento.
Con frecuencia las gentes del lugar se encuentran con las Mouras mientras están hilando con el huso y una roca. En estas ocasiones no es extraño que los sometan a diferentes pruebas o que utilicen sus poderes mágicos contra la persona que perturbó su actividad.
En las inmediaciones de la ermita de la Virgen de Monte Torán se encuentra una gran piedra, de varias toneladas de peso. La leyenda dice que la llevó hasta allí la Virgen, en la cabeza, volando por los aires, mientras hilaba en una roca y que al dejarla en lo alto del monte se partió en dos; descripción muy similar a la que se atribuye al personaje de ultratumba que explica la existencia de los dólmenes en muchos lugares de Europa. Esta leyenda fue recogida por Xosé Mª Lema Suárez y está incorporada a un estudio realizado por el filólogo Fernando Alonso Romero.
Con frecuencia las gentes del lugar se encuentran con las Mouras mientras están hilando con el huso y una roca. En estas ocasiones no es extraño que los sometan a diferentes pruebas o que utilicen sus poderes mágicos contra la persona que perturbó su actividad.
En las inmediaciones de la ermita de la Virgen de Monte Torán se encuentra una gran piedra, de varias toneladas de peso. La leyenda dice que la llevó hasta allí la Virgen, en la cabeza, volando por los aires, mientras hilaba en una roca y que al dejarla en lo alto del monte se partió en dos; descripción muy similar a la que se atribuye al personaje de ultratumba que explica la existencia de los dólmenes en muchos lugares de Europa. Esta leyenda fue recogida por Xosé Mª Lema Suárez y está incorporada a un estudio realizado por el filólogo Fernando Alonso Romero.