El último tren con destino Madrid que salió de Algodor lo hizo el 15 de noviembre de 2005 a las 20.40 horas. Desde entonces, casi no se usa esa estación.
El edificio de viajeros de la estación de Algodor está habitado. Tal vez alquilado por Adif a una familia o convertido en casa para vigilantes. Tiene rejas nuevas y todos los cristales están intactos, es maravilloso que se conserve en buen estado.
Esta es, por tanto, una estación sin uso pero habitada. Hay varias casas cerca de las vías. Las construyeron para trabajadores. Sesenta familias se alojaron en Algodor mientras la estación estuvo activa. Tenían hasta diez trenes diarios que conectaban con la capital. Eso significa que podían ir a comprar pan a Atocha y volver si les daba la gana y no perder mucho tiempo en el trayecto. Ahora están completamente aislados. En su mejor epoca, Algodor tuvo su propia escuela y una tienda de comestibles. Se edificó una ermita, los baños para viajeros y un transformador eléctrico que sigue en activo para mantener con luz al puñado de exempleados que viven en el lugar.
La estación de Algodor se inauguró en 1858, pero la parte más importante de su desarrollo se produjo en los años veinte. La estación fue un punto estratégico durante la Guerra Civil. Tomarla significaba tener casi un pie en Madrid, porque Algodor está a 64 kilómetros de la capital. En una pequeña caseta para el control de enclavamientos en la que aún pueden leerse en las paredes anotaciones de los años treinta y cuarenta.
En el ABC de aquella época (cuando era un diario republicano de izquierdas) hay muchas noticias breves que describen cómo fue la contienda allí. Tiroteos, bombardeos. En el periódico del 8 de noviembre de 1936, por ejemplo, dicen:“El comandante Uribarri ha transmitido un saludo al alcalde de Valencia desde el sur del Tajo, sector de Algodor-Castillejo, comunicándole que sostuvieron un combate con el mayor éxito, habiendo sufrido solamente dos bajas y ocho heridos, al ocupar la estación de Algodor, donde hicieron huir a los moros que la defendían”.
En las vías hay algunos vagones aparcados y toneladas de balasto esperando ser usados. Todavía se conservan aguadas o grúas de agua para el repostaje de trenes de vapor. Se ha utilizado esta estación de tren como localización para rodajes, incluso cuando todavía se mantenía en activo. Encuentro, tirando de hemeroteca, que la película “Primer y último amor” se rodó allí en 2001.
(Ya nada puede sorprenderme - Lourdes Castro)
El edificio de viajeros de la estación de Algodor está habitado. Tal vez alquilado por Adif a una familia o convertido en casa para vigilantes. Tiene rejas nuevas y todos los cristales están intactos, es maravilloso que se conserve en buen estado.
Esta es, por tanto, una estación sin uso pero habitada. Hay varias casas cerca de las vías. Las construyeron para trabajadores. Sesenta familias se alojaron en Algodor mientras la estación estuvo activa. Tenían hasta diez trenes diarios que conectaban con la capital. Eso significa que podían ir a comprar pan a Atocha y volver si les daba la gana y no perder mucho tiempo en el trayecto. Ahora están completamente aislados. En su mejor epoca, Algodor tuvo su propia escuela y una tienda de comestibles. Se edificó una ermita, los baños para viajeros y un transformador eléctrico que sigue en activo para mantener con luz al puñado de exempleados que viven en el lugar.
La estación de Algodor se inauguró en 1858, pero la parte más importante de su desarrollo se produjo en los años veinte. La estación fue un punto estratégico durante la Guerra Civil. Tomarla significaba tener casi un pie en Madrid, porque Algodor está a 64 kilómetros de la capital. En una pequeña caseta para el control de enclavamientos en la que aún pueden leerse en las paredes anotaciones de los años treinta y cuarenta.
En el ABC de aquella época (cuando era un diario republicano de izquierdas) hay muchas noticias breves que describen cómo fue la contienda allí. Tiroteos, bombardeos. En el periódico del 8 de noviembre de 1936, por ejemplo, dicen:“El comandante Uribarri ha transmitido un saludo al alcalde de Valencia desde el sur del Tajo, sector de Algodor-Castillejo, comunicándole que sostuvieron un combate con el mayor éxito, habiendo sufrido solamente dos bajas y ocho heridos, al ocupar la estación de Algodor, donde hicieron huir a los moros que la defendían”.
En las vías hay algunos vagones aparcados y toneladas de balasto esperando ser usados. Todavía se conservan aguadas o grúas de agua para el repostaje de trenes de vapor. Se ha utilizado esta estación de tren como localización para rodajes, incluso cuando todavía se mantenía en activo. Encuentro, tirando de hemeroteca, que la película “Primer y último amor” se rodó allí en 2001.
(Ya nada puede sorprenderme - Lourdes Castro)