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Origen de la Biblioteca Nacional de España
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Marqués de Pontejos - Alcalde de Madrid
Don Joaquín Vizcaíno, marqués viudo de Pontejos, fué alcalde corregidor de Madrid durante los años de 1834 y 1835.
Esta celosa autoridad llevó á efecto algunas mejoras en la población; trasladó a la plaza de los Mostenses el mercado de la plaza del Gato; propuso la rectificación y alineación de calles de Madrid; formó el plano topográfico de la Villa, trabajo de importancia hecho por el arquitecto D. Custodio Moreno; terminó el Paseo de la Castellana; contribuyó a la instalación del Asilo de San Bernardino y reformó la numeración de las calles en el sentido que hoy se halla, haciendo desaparecer la numeración de casas por manzanas, cuyo sistema ofrecía muchos y graves inconvenientes.
Murió Pontejos el 30 de Septiembre de 1840.
Esta celosa autoridad llevó á efecto algunas mejoras en la población; trasladó a la plaza de los Mostenses el mercado de la plaza del Gato; propuso la rectificación y alineación de calles de Madrid; formó el plano topográfico de la Villa, trabajo de importancia hecho por el arquitecto D. Custodio Moreno; terminó el Paseo de la Castellana; contribuyó a la instalación del Asilo de San Bernardino y reformó la numeración de las calles en el sentido que hoy se halla, haciendo desaparecer la numeración de casas por manzanas, cuyo sistema ofrecía muchos y graves inconvenientes.
Murió Pontejos el 30 de Septiembre de 1840.
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Los "trabucaires" de Cataluña
Generalmente se denomina "trabucaire" al bandolero catalán que iba armado de un trabuco (arma de fuego de cañón corto y boca acampanada).
El nombre se aplicó por primera vez para designar a las tropas irregulares que participaron en la lucha contra la República Francesa y, posteriormente, en la guerra de la independencia. Más tarde el término se amplió a los guerrilleros que participaron en la rebelión durante el trienio constitucional y a los carlistas.
La mayor parte de los "trabucaires" eran de extracción campesina.
Con el tiempo, los "trabucaires" se han convertido en un elemento folklórico, al principio para ostentación de los grandes señores y, más tarde, al servicio de ayuntamientos y organizadores de festejos durante las festividades de los pueblos o las comarcas.
El nombre se aplicó por primera vez para designar a las tropas irregulares que participaron en la lucha contra la República Francesa y, posteriormente, en la guerra de la independencia. Más tarde el término se amplió a los guerrilleros que participaron en la rebelión durante el trienio constitucional y a los carlistas.
La mayor parte de los "trabucaires" eran de extracción campesina.
Con el tiempo, los "trabucaires" se han convertido en un elemento folklórico, al principio para ostentación de los grandes señores y, más tarde, al servicio de ayuntamientos y organizadores de festejos durante las festividades de los pueblos o las comarcas.
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El atentado contra Isabel II
La reina Isabel II sufrió el atentado del Cura Merino, el 2 de febrero de 1852. Un periódico de la época, “Las Novedades”, llamó la atención por la repetición del número 2, en todo lo referente al caso, por suceder el día 2 del 2º mes, precisamente a las 2 de la tarde, cuando la reina, que tenía 22 años, se disponía a presentar a su segunda hija.
Añadía que, el Cura Merino vivía en el número 2, de la calle del Arco de Triunfo, en el segundo piso.
Añadía que, el Cura Merino vivía en el número 2, de la calle del Arco de Triunfo, en el segundo piso.
(María Francisca Olmedo de Cerdá - Anecdotario histórico español)
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Calle de la Montera - Madrid
Se trata de una calle que sube en cuesta desde la Puerta del Sol (es una de las diez calles que desembocan en esta plaza) y la Red de San Luis (intersección con la Gran Vía).
El nombre de la calle proviene, según algunos, de que en una de sus casas vivió la mujer de un montero del rey Felipe II. La dama parece que había sido dotada de peregrina hermosura, causa de galanteos y cuchilladas, hasta tal punto que, conocida y señalada por todos los habitantes de la corte, consiguió dejar perpetua memoria en la calle que habitó.
Nada avala, sin embargo, esta historia que cuenta Hilario Peñasco de la Puente en su obra "Las calles de Madrid".
El nombre de la calle proviene, según algunos, de que en una de sus casas vivió la mujer de un montero del rey Felipe II. La dama parece que había sido dotada de peregrina hermosura, causa de galanteos y cuchilladas, hasta tal punto que, conocida y señalada por todos los habitantes de la corte, consiguió dejar perpetua memoria en la calle que habitó.
Nada avala, sin embargo, esta historia que cuenta Hilario Peñasco de la Puente en su obra "Las calles de Madrid".
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El crimen de Vellosillo
Estos hechos sucedidos en 1.883 quedaron grabados en la conciencia de varias generaciones de Vellosillo.
Una mañana de verano unos cazadores de Sepúlveda vinieron a cazar a Vellosillo. El día no fue fructífero y volvían con los morrales vacíos. Cuando pasaban por el pueblo robaron una gallina a la puerta de una casa. La dueña de la gallina les increpó para que se la devolvieran. Insensibles a los ruegos de la mujer tomaron el camino a Sepúlveda.
La hija de esta mujer, Lorenza Herrero, fue tras ellos para intentar por todos los medios que se la devolvieran. Tras los dos cazadores pasó la loma de Valderices. Entonces, cuando ya no se divisaba el pueblo, los cazadores decidieron zanjar la discusión disparándola con su escopeta un tiro a bocajarro, matándola en el acto. No vieron que en los Quemados se encontraban varios vecinos de Vellosillo segando que fueron testigos directos del crimen.
Salieron corriendo tras los cazadores, gritando y clamando justicia. Con sus hoces en la mano provocaron el miedo de los asesinos que emprendieron una veloz huida hacia Sepúlveda. No pudieron alcanzarles y consiguieron escapar. El pueblo entero se reunió para exigir justicia ante el cobarde crimen. Fue denunciado ante las autoridades de Sepúlveda, pero el crimen nunca fue investigado, quedando los asesinos, supuestamente miembros de una de las familias adineradas de Sepúlveda, libres de toda causa, ante la indignación de todo el pueblo. Nunca se descubrió a los culpables. Lorenza dejaba marido y una hija pequeña.
La justicia nunca fue igualitaria en estos lares, dependiendo el resultado de la clase social a la que perteneciera cada persona. Esta leyenda negra lo demuestra.
Una cruz fue colocada en el lugar del crimen por la familia, para que la ignominia no quedara en el olvido. En la lápida puede leerse:
Una mañana de verano unos cazadores de Sepúlveda vinieron a cazar a Vellosillo. El día no fue fructífero y volvían con los morrales vacíos. Cuando pasaban por el pueblo robaron una gallina a la puerta de una casa. La dueña de la gallina les increpó para que se la devolvieran. Insensibles a los ruegos de la mujer tomaron el camino a Sepúlveda.
La hija de esta mujer, Lorenza Herrero, fue tras ellos para intentar por todos los medios que se la devolvieran. Tras los dos cazadores pasó la loma de Valderices. Entonces, cuando ya no se divisaba el pueblo, los cazadores decidieron zanjar la discusión disparándola con su escopeta un tiro a bocajarro, matándola en el acto. No vieron que en los Quemados se encontraban varios vecinos de Vellosillo segando que fueron testigos directos del crimen.
Salieron corriendo tras los cazadores, gritando y clamando justicia. Con sus hoces en la mano provocaron el miedo de los asesinos que emprendieron una veloz huida hacia Sepúlveda. No pudieron alcanzarles y consiguieron escapar. El pueblo entero se reunió para exigir justicia ante el cobarde crimen. Fue denunciado ante las autoridades de Sepúlveda, pero el crimen nunca fue investigado, quedando los asesinos, supuestamente miembros de una de las familias adineradas de Sepúlveda, libres de toda causa, ante la indignación de todo el pueblo. Nunca se descubrió a los culpables. Lorenza dejaba marido y una hija pequeña.
La justicia nunca fue igualitaria en estos lares, dependiendo el resultado de la clase social a la que perteneciera cada persona. Esta leyenda negra lo demuestra.
Una cruz fue colocada en el lugar del crimen por la familia, para que la ignominia no quedara en el olvido. En la lápida puede leerse:
"Aquí murió, de mano airada, Lorenza Herrero, día 26 de julio de 1.883"
(Publicado por Jorge Juan Garcia)
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El Duque de Vendôme y los langostinos
Luis José de Borbón;(1 de julio París - 11 de junio de 1712 Vinaroz), Duque de Vendôme, Duque de Beaufort, Duque d'Etampes, Duque de Mercoeury Conde de Penthièvre. Fue hijo de Luis II de Vendôme y de Laura Mancini, descendiente del rey Enrique IV de Francia, por lo tanto miembro de la Casa de Borbón-Vendôme.
Se formó desde muy joven en el arte de la guerra, donde fue conocido como un general con grandes aptitudes, alcanzando el grado de mariscal de Francia en el reinado de Luis XIV.
Durante la Guerra de Sucesión, fue enviado a España por el rey francés, al mando de un cuerpo de ejército, para fortalecer los intereses de Felipe V. Se destacó en la batalla de Brihuega, en diciembre de 1710, en la que derrotó completamente a los británicos del general James Stanhope.
Consiguió por la princesa de los Ursinos que el rey Felipe V de España le concediera el tratamiento de Su Alteza, rango que solo se poseían algunos miembros de la familia real.
La muerte le sorprendió en Vinaroz (España). Según se dice en esta localidad, murió de un empacho de langostinos tras haber sido nombrado virrey de Cataluña y comandante en jefe del ejército español. Sus restos reposan en el El Escorial.
Contrajo matrimonio con María Ana de Condé, hija de Enrique III de Condé, con la que no tuvo descendencia. Sus títulos pasaron a su hermano Felipe de Vendôme.
(Wikipedia)
Se formó desde muy joven en el arte de la guerra, donde fue conocido como un general con grandes aptitudes, alcanzando el grado de mariscal de Francia en el reinado de Luis XIV.
Durante la Guerra de Sucesión, fue enviado a España por el rey francés, al mando de un cuerpo de ejército, para fortalecer los intereses de Felipe V. Se destacó en la batalla de Brihuega, en diciembre de 1710, en la que derrotó completamente a los británicos del general James Stanhope.
Consiguió por la princesa de los Ursinos que el rey Felipe V de España le concediera el tratamiento de Su Alteza, rango que solo se poseían algunos miembros de la familia real.
La muerte le sorprendió en Vinaroz (España). Según se dice en esta localidad, murió de un empacho de langostinos tras haber sido nombrado virrey de Cataluña y comandante en jefe del ejército español. Sus restos reposan en el El Escorial.
Contrajo matrimonio con María Ana de Condé, hija de Enrique III de Condé, con la que no tuvo descendencia. Sus títulos pasaron a su hermano Felipe de Vendôme.
(Wikipedia)
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Mamed Casanova, "Toribio"
En el retrato de Mamed nada delata al asesino. Su rostro lo mismo puede ser el de un monje penitente que el de un hidalgo sombrío... Así describe Valle Inclán al famoso bandolero Mamed Casanova, más conocido como Toribio.
Nacido en 1882 en la parroquia de Grañas del Sor (Mañón), desde muy joven empieza a manifestar una gran rebeldía, llamando la atención con algunos hurtos de poca monta y un acto sacrílego: abrir la tumba de un indiano recién sepultado y despojarlo de su traje y anillo. Pero su primer tropiezo con la justicia ocurre cuando tenía 17 años, en un baile parroquial propinó una paliza a un joven matón y también al alguacil que le reprobó tal comportamiento. La trifulca le costó a Mamed visitar la cárcel por vez primera.
Pero los hechos más graves ocurrieron una noche del mes de noviembre de 1900, una cuadrilla de individuos, dícese que liderados por Mamed, asaltaron manu militari la casa rectoral de Grañas. Al ser reconocidos por la criada –el clérigo se escapó por la ventana– alguien disparó un tiro que acabó con la vida de la desdichada mujer. Durante un par de años Mamed anduvo prófugo de la justicia, protagonizando fugas espectaculares y ocupando los titulares de varios periódicos, entre ellos El Liberal de Madrid, en el que aparecía como el bandido de Mañón. Escurridizo y con agallas, burlaba todas las persecuciones de la Guardia Civil, de cuyos cometidos era perseguir el bandolerismo rural. Armado hasta los dientes y con una puntería excepcional, apresarlo era todo un reto para el Cuerpo. Se llegaron incluso a ofrecer 300 duros de recompensa para quién informara de su paradero. Pero en 1902 el cura del Freijo (As Pontes), que decía ser su amigo, le tendió una trampa invitándolo a comer a su casa. En la comida Mamed se quitó las armas, lo cual aprovecharon los guardias que estaban escondidos para encañonarlo y apresarlo.
Declarado culpable en la Audiencia de La Coruña (1903) fue sentenciado a morir ejecutado en el garrote vil, aunque más tarde Alfonso XIII le conmutaría esa pena por la de treinta años. En su recorrido penitenciario llegó a liderar motines de protesta por las condiciones inhumanas en que vivían los presos. En 1911, supuestamente con las facultades mentales muy alteradas, quería escribirle al capitán general y exponerle un proyecto relacionado con la construcción de cañones para la Armada. Como es obvio, nadie le hizo caso.
Los hechos biográficos demuestran que Mamed no fue el criminal que presentaron las crónicas periodísticas de la época, incluso quedaron muchas dudas y flecos sueltos sobre el único crimen que le fue imputado, ni tampoco el héroe construido por el imaginario popular. Su personalidad está más acorde con la del antihéroe. Es evidente que era un joven astuto y con valor, pero con poca conciencia social para percibir las grandes injusticias de su entorno.
Mamed tiene poco en común con aquellos bandoleros románticos como fueron José M. Palagio, El Tempranillo, o Juan Mingolla, Pasos Largos. Éstos pertenecían a la casta aristocrática del bandolerismo. A Mamed lo podemos situar dentro de la clase baja de esta especie puesto que, más allá de unas cuantas memorables fugas y alguna rebelión carcelaria, en su vida no hay ningún componente realmente heroico.
Si como se dice obtuvo la libertad a los 42 años, aún tuvo la oportunidad de haberse reinsertado a la sociedad de aquella España convulsa de finales de los años veinte y principios de los treinta. Incluso en 1936 pudo haberse enrolado en alguno de los bandos que se estaban matando, pues en aquellos días no se pedían certificaciones de buena conducta para ir a morir al frente. Al menos si hubiera caído así, lo hubiera hecho con cierto honor. Sin embargo, eligió el humillante camino de la indigencia para volver a su aldea, a visitar no se sabe quién, quizá algún amigo o simplemente vengarse de aquel clérigo que lo había traicionado y seguramente cobrado la recompensa. En todo caso, su vida terminó en el más cruel de los anonimatos.
Mamed, probablemente, ha sido el último bandolero de su especie.
(El Faro de Vigo)
Nacido en 1882 en la parroquia de Grañas del Sor (Mañón), desde muy joven empieza a manifestar una gran rebeldía, llamando la atención con algunos hurtos de poca monta y un acto sacrílego: abrir la tumba de un indiano recién sepultado y despojarlo de su traje y anillo. Pero su primer tropiezo con la justicia ocurre cuando tenía 17 años, en un baile parroquial propinó una paliza a un joven matón y también al alguacil que le reprobó tal comportamiento. La trifulca le costó a Mamed visitar la cárcel por vez primera.
Pero los hechos más graves ocurrieron una noche del mes de noviembre de 1900, una cuadrilla de individuos, dícese que liderados por Mamed, asaltaron manu militari la casa rectoral de Grañas. Al ser reconocidos por la criada –el clérigo se escapó por la ventana– alguien disparó un tiro que acabó con la vida de la desdichada mujer. Durante un par de años Mamed anduvo prófugo de la justicia, protagonizando fugas espectaculares y ocupando los titulares de varios periódicos, entre ellos El Liberal de Madrid, en el que aparecía como el bandido de Mañón. Escurridizo y con agallas, burlaba todas las persecuciones de la Guardia Civil, de cuyos cometidos era perseguir el bandolerismo rural. Armado hasta los dientes y con una puntería excepcional, apresarlo era todo un reto para el Cuerpo. Se llegaron incluso a ofrecer 300 duros de recompensa para quién informara de su paradero. Pero en 1902 el cura del Freijo (As Pontes), que decía ser su amigo, le tendió una trampa invitándolo a comer a su casa. En la comida Mamed se quitó las armas, lo cual aprovecharon los guardias que estaban escondidos para encañonarlo y apresarlo.
Declarado culpable en la Audiencia de La Coruña (1903) fue sentenciado a morir ejecutado en el garrote vil, aunque más tarde Alfonso XIII le conmutaría esa pena por la de treinta años. En su recorrido penitenciario llegó a liderar motines de protesta por las condiciones inhumanas en que vivían los presos. En 1911, supuestamente con las facultades mentales muy alteradas, quería escribirle al capitán general y exponerle un proyecto relacionado con la construcción de cañones para la Armada. Como es obvio, nadie le hizo caso.
Los hechos biográficos demuestran que Mamed no fue el criminal que presentaron las crónicas periodísticas de la época, incluso quedaron muchas dudas y flecos sueltos sobre el único crimen que le fue imputado, ni tampoco el héroe construido por el imaginario popular. Su personalidad está más acorde con la del antihéroe. Es evidente que era un joven astuto y con valor, pero con poca conciencia social para percibir las grandes injusticias de su entorno.
Mamed tiene poco en común con aquellos bandoleros románticos como fueron José M. Palagio, El Tempranillo, o Juan Mingolla, Pasos Largos. Éstos pertenecían a la casta aristocrática del bandolerismo. A Mamed lo podemos situar dentro de la clase baja de esta especie puesto que, más allá de unas cuantas memorables fugas y alguna rebelión carcelaria, en su vida no hay ningún componente realmente heroico.
Si como se dice obtuvo la libertad a los 42 años, aún tuvo la oportunidad de haberse reinsertado a la sociedad de aquella España convulsa de finales de los años veinte y principios de los treinta. Incluso en 1936 pudo haberse enrolado en alguno de los bandos que se estaban matando, pues en aquellos días no se pedían certificaciones de buena conducta para ir a morir al frente. Al menos si hubiera caído así, lo hubiera hecho con cierto honor. Sin embargo, eligió el humillante camino de la indigencia para volver a su aldea, a visitar no se sabe quién, quizá algún amigo o simplemente vengarse de aquel clérigo que lo había traicionado y seguramente cobrado la recompensa. En todo caso, su vida terminó en el más cruel de los anonimatos.
Mamed, probablemente, ha sido el último bandolero de su especie.
(El Faro de Vigo)
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La Basílica del Pilar
La Basílica del Pilar, a orillas del río Ebro es el primer monumento mariano de la Cristiandad.
Desde el siglo IX, aparece documentado un santuario consagrado a la Virgen, en este lugar, que acogió sucesivamente, una iglesia románica y un templo gótico, antes de que Herrera el Mozo trazase, en 1680, un diseño barroco del que apenas subsiste el recuerdo. En el siglo XVIII Ventura Rodríguez, se hizo cargo de las obras, Domingo Yarza de las cúpulas, siendo decorado el templo por Bayeu y Goya. Destaca el monumental Coro, en su tiempo el mayor de España y el exquisito retablo obra del valenciano Damián Forment.
Desde el siglo IX, aparece documentado un santuario consagrado a la Virgen, en este lugar, que acogió sucesivamente, una iglesia románica y un templo gótico, antes de que Herrera el Mozo trazase, en 1680, un diseño barroco del que apenas subsiste el recuerdo. En el siglo XVIII Ventura Rodríguez, se hizo cargo de las obras, Domingo Yarza de las cúpulas, siendo decorado el templo por Bayeu y Goya. Destaca el monumental Coro, en su tiempo el mayor de España y el exquisito retablo obra del valenciano Damián Forment.
(María Francisca Olmedo de Cerdá - Anecdotario histórico español)
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Las Alcaldesas de Zamarramala
Zamarramala es una localidad perteneciente al municipio de Segovia, comunidad autónoma de Castilla y León, España. Destaca el mirador desde el que puede ser vista Segovia. En el pasado, contaba con ayuntamiento propio, pero pasó a formar parte del municipio segoviano en los años 1970.
Fiesta de las Águedas
Es conocida esta localidad por la fiesta de Las Águedas, una de las más antigua de España de la que se tiene constancia desde 1227, en la que se recuerda el valor de las mujeres zamarriegas que ayudaron a conquistar de nuevo el alcázar de Segovia tomado por los sarracenos. En esta Fiesta se eligen a dos "alcaldesas" que gobiernan el pueblo durante dos días y la participación es mayoritariamente femenina. Para más detalles visitar el enlace externo.
Desarrollo de la Fiesta
Fiesta declarada de interés turístico nacional. Se celebra el domingo siguiente al 5 de febrero. Durante este día las mujeres son las que mandan en el pueblo, sólo una vez al año lo hacen. Comienza la fiesta cuando el cura va a buscar a las Alcaldesas a su casa dando lugar a una pequeña procesión con bailes hasta la iglesia, donde irán a buscar a la Santa para pasearla por todo el pueblo. Durante esta gran procesión, las Águedas van bailando hasta la salida del pueblo, justo en frente de El Alcázar, y como las antiguas zamarriegas, se ponen a bailar conmemorando el momento en el que lo hacían para llamar la atención de los moros.
Se vuelve a la iglesia, con música de los dulzaineros y el baile de las mujeres. Se da la misa y a continuación el pregonero anuncia los premios de "Matahombres de oro" y "Home bueno e leal". Como fin de la fiesta se quema un pelele, un muñeco de paja símbolo del hombre que es ridiculizado con versos por una coplera del lugar. Se da paso, entonces, al pinchoteo de chorizo cocido y el vino donde se puede adquirir en cualquiera de los puestos habilitados en la plaza junto a la iglesia.
(Wikipedia)
Fiesta de las Águedas
Es conocida esta localidad por la fiesta de Las Águedas, una de las más antigua de España de la que se tiene constancia desde 1227, en la que se recuerda el valor de las mujeres zamarriegas que ayudaron a conquistar de nuevo el alcázar de Segovia tomado por los sarracenos. En esta Fiesta se eligen a dos "alcaldesas" que gobiernan el pueblo durante dos días y la participación es mayoritariamente femenina. Para más detalles visitar el enlace externo.
Desarrollo de la Fiesta
Fiesta declarada de interés turístico nacional. Se celebra el domingo siguiente al 5 de febrero. Durante este día las mujeres son las que mandan en el pueblo, sólo una vez al año lo hacen. Comienza la fiesta cuando el cura va a buscar a las Alcaldesas a su casa dando lugar a una pequeña procesión con bailes hasta la iglesia, donde irán a buscar a la Santa para pasearla por todo el pueblo. Durante esta gran procesión, las Águedas van bailando hasta la salida del pueblo, justo en frente de El Alcázar, y como las antiguas zamarriegas, se ponen a bailar conmemorando el momento en el que lo hacían para llamar la atención de los moros.
Se vuelve a la iglesia, con música de los dulzaineros y el baile de las mujeres. Se da la misa y a continuación el pregonero anuncia los premios de "Matahombres de oro" y "Home bueno e leal". Como fin de la fiesta se quema un pelele, un muñeco de paja símbolo del hombre que es ridiculizado con versos por una coplera del lugar. Se da paso, entonces, al pinchoteo de chorizo cocido y el vino donde se puede adquirir en cualquiera de los puestos habilitados en la plaza junto a la iglesia.
(Wikipedia)
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Article 0
Jerónimo Merino había nacido en el año 1769, de padres labradores. Siendo el segundo de los hijos, fue enviado a Lerma para que estudiara latín, pero la muerte repentina de su hermano mayor le obligó a volver a su pueblo para ayudar en las tareas del campo. A sus 21 años vio morir a uno de sus mejores amigos, el cura de Villoviado y con ayuda del párroco de Covarrubias volvió a los estudios consiguiendo ordenarse sacerdote en pocos meses, oficiando su primera misa en Villoviado.
El 16 de Enero de 1808 su vida cambió de un plumazo como consecuencia de la aparición en esta localidad de un destacamento francés que obligó a algunos vecinos y a él a transportar los bagajes del destacamento hasta Lerma. Jerónimo juró vengarse de aquel abuso y tomando las armas inició el hostigamiento de las tropas francesas cerca del Camino Real. Al principio lo acompañaba su criado, luego un sobrino, sus paisanos, sus ayudantes, sus lugartenientes y poco a poco, todos los pueblos de la comarca fueron uniéndose a su causa.
Con casi cuarenta años y ayudado por “El Empecinado”, lograron echar a las tropas francesas de Roa mediante una estratagema basada en el fuego. Este episodio fue uno de los hechos de armas más brillantes del Cura Merino y sus guerrilleros. Poco después reuniría en Covarrubias a los otros jefes de las guerrillas para acordar el plan a seguir en Castilla contra la invasión francesa.
Las Juntas de Roa, Aranda y Lerma le enviaron multitud de jóvenes para ayudarle en la lucha y gracias a ello derrotó en reiteradas ocasiones al ejército francés. Ello le hizo merecedor de la condecoración de la “Cruz Roja”, que le concedió la Junta Central. Poco después sorprendió un convoy del enemigo, con destino a Ciudad Rodrigo a la altura de Quintana del Puente, obteniendo como botín pólvora, cañones, bombas y distribuyendo entre los campesinos los caballos de tiro y los herrajes. Refugiado luego en la Sierra de la Demanda, volvió a sorprender con sus paisanos a las tropas francesas mediante la corta previa de los pinos que se hallaban junto al camino, pinos que utilizó luego como barrera. Tras esta nueva hazaña, fue nombrado Coronel.
Jerónimo Merino, integrado en los pueblos en los que se desenvolvía, solía albergar a sus combatientes en dichos pueblos. Dormía con los caballos ensillados y los jinetes cerca de ellos. Él descansaba preferentemente en lugares agrestes (como la Gruta del Cura Merino en tierras sorianas) y se dice que su carácter recio y recto logró hacer de los campesinos unos hombres sociales y dignos.
Continuó sus emboscadas desde 1811 (Cevico Navero) hasta 1812 (Hontoria de Valdearados) formando una línea defensiva del Duero a Lerma, junto con Padilla y Príncipe, siendo luego enviado a Cataluña donde fue nombrado Brigadier.
Vuelve a Burgos como Gobernador Militar hasta 1814 y cuando Fernando VII regresó a España le concedió una canonjía en Valencia, donde el Capitán General le impuso la Cruz Laureada de San Fernando y la Gran Cruz de Carlos III. Su sentido de la justicia y sus desavenencias con el clero le hicieron volver a su pueblo natal.
En 1820 se levantó contra la revolución de Riego. El absolutismo de Fernando VII, al que fielmente había servido, ordenó la disolución de su ejército, hecho que le hizo partidario de su hermano D. Carlos. Salió de nuevo al campo con sus fuerzas y siendo dispersados se refugió en Portugal, donde se reunió con D. Carlos. Participó en los sitios de Bilbao y Morella y tras el Convenio de Vergara, firmado en 1839 se refugió en Alençón (Francia), donde moriría cinco años más tarde (1844) a la edad de 75 años.
Los restos de Jerónimo Merino fueron trasladados el 1968 desde el cementerio de Alençón hasta España, siendo inhumados el 2 de Mayo en Lerma, frente al Convento de Santa Clara.
El 16 de Enero de 1808 su vida cambió de un plumazo como consecuencia de la aparición en esta localidad de un destacamento francés que obligó a algunos vecinos y a él a transportar los bagajes del destacamento hasta Lerma. Jerónimo juró vengarse de aquel abuso y tomando las armas inició el hostigamiento de las tropas francesas cerca del Camino Real. Al principio lo acompañaba su criado, luego un sobrino, sus paisanos, sus ayudantes, sus lugartenientes y poco a poco, todos los pueblos de la comarca fueron uniéndose a su causa.
Con casi cuarenta años y ayudado por “El Empecinado”, lograron echar a las tropas francesas de Roa mediante una estratagema basada en el fuego. Este episodio fue uno de los hechos de armas más brillantes del Cura Merino y sus guerrilleros. Poco después reuniría en Covarrubias a los otros jefes de las guerrillas para acordar el plan a seguir en Castilla contra la invasión francesa.
Las Juntas de Roa, Aranda y Lerma le enviaron multitud de jóvenes para ayudarle en la lucha y gracias a ello derrotó en reiteradas ocasiones al ejército francés. Ello le hizo merecedor de la condecoración de la “Cruz Roja”, que le concedió la Junta Central. Poco después sorprendió un convoy del enemigo, con destino a Ciudad Rodrigo a la altura de Quintana del Puente, obteniendo como botín pólvora, cañones, bombas y distribuyendo entre los campesinos los caballos de tiro y los herrajes. Refugiado luego en la Sierra de la Demanda, volvió a sorprender con sus paisanos a las tropas francesas mediante la corta previa de los pinos que se hallaban junto al camino, pinos que utilizó luego como barrera. Tras esta nueva hazaña, fue nombrado Coronel.
Jerónimo Merino, integrado en los pueblos en los que se desenvolvía, solía albergar a sus combatientes en dichos pueblos. Dormía con los caballos ensillados y los jinetes cerca de ellos. Él descansaba preferentemente en lugares agrestes (como la Gruta del Cura Merino en tierras sorianas) y se dice que su carácter recio y recto logró hacer de los campesinos unos hombres sociales y dignos.
Continuó sus emboscadas desde 1811 (Cevico Navero) hasta 1812 (Hontoria de Valdearados) formando una línea defensiva del Duero a Lerma, junto con Padilla y Príncipe, siendo luego enviado a Cataluña donde fue nombrado Brigadier.
Vuelve a Burgos como Gobernador Militar hasta 1814 y cuando Fernando VII regresó a España le concedió una canonjía en Valencia, donde el Capitán General le impuso la Cruz Laureada de San Fernando y la Gran Cruz de Carlos III. Su sentido de la justicia y sus desavenencias con el clero le hicieron volver a su pueblo natal.
En 1820 se levantó contra la revolución de Riego. El absolutismo de Fernando VII, al que fielmente había servido, ordenó la disolución de su ejército, hecho que le hizo partidario de su hermano D. Carlos. Salió de nuevo al campo con sus fuerzas y siendo dispersados se refugió en Portugal, donde se reunió con D. Carlos. Participó en los sitios de Bilbao y Morella y tras el Convenio de Vergara, firmado en 1839 se refugió en Alençón (Francia), donde moriría cinco años más tarde (1844) a la edad de 75 años.
Los restos de Jerónimo Merino fueron trasladados el 1968 desde el cementerio de Alençón hasta España, siendo inhumados el 2 de Mayo en Lerma, frente al Convento de Santa Clara.
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No era broma - Santiago Ramón y Cajal
Cuando llegó a casa del doctor Don Santiago Ramón y Cajal un telegrama de Suecia, en el que se le comunicaba que le había sido concedido el Premio Nobel, se encontraba éste durmiendo, siendo su esposa quien abrió la puerta y, al comunicarle la gran noticia al sabio investigador, éste le contestó que no se lo creyese, que estaba seguro de que se trataba de una broma de sus alumnos.
¡No era broma!
¡No era broma!
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Almanzor en Santiago de Compostela
Almanzor, entrando con su hueste en la ciudad desierta, se dirigió al punto al templo del Apóstol Santiago para ejecutar en él sus amenazas. Cuéntase que para profanarle metió en él sus caballos y que llegando á la capilla y sepulcro donde se veneraba el cuerpo del Santo Apóstol, quiso cumplir en él algún acto de señalado ultraje. Pero no permitiéndole tanto la voluntad del Todopoderoso, aunque enemiga entonces a los cristianos, en aquel punto cayendo un rayo a los pies del moro y cegándole por algunos momentos, de tal suerte le aterró que reconociendo ser aquello un aviso del cielo, no pasó adelante en su mal propósito. Postróse pues, rendidamente ante el venerable sepulcro, implorando el perdón de Alláh, y para preservarle del desacato y profanación de los suyos, puso soldados que le guardasen, como lo confiesan sus mismos historiadores.
Estos sin embargo, cuentan el notable suceso de otra manera, que manifiesta todavía la veneración, que ya fuese por miedo o ya por el respeto que tributan los musulmanes a Jesucristo y sus Apóstoles, mereció el santo sepulcro a aquel fanático caudillo a pesar de sus amenazas. Dice, pues, un historiador árabe que llegado el hagíb a Santiago, no halló en toda la ciudad otra persona que un viejo ermitaño sentado sobre el sepulcro. Preguntándole Almanzor ¿quién era y qué hacía en aquel lugar? le respondió: "Yo soy un familiar de Santiago", y entonces el hagíb por respeto a Yacub, que es como los árabes llaman al apóstol, mandó que nadie le hiciera daño.
(Francisco Javier Simonet)
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La calle de Embajadores - Madrid
Cuenta la tradición que, con motivo de una peste que se desarrolló en Madrid durante el reinado de D. Juan II, los embajadores de las cortes extranjeras, para evitar el contagio, se incomunicaron con la población, aislándose en este sitio.
El de Túnez se retiró a una quinta que llamaban de San Pedro; el de Aragón, a la casa de campo de Santiago el Verde, y a otras inmediatas los de Navarra y de Francia. El campo que existía entre las residencias de unos y otros se llamó de los Embajadores, cuyo nombre llevó la calle que en su término hubo de abrirse años después.
El de Túnez se retiró a una quinta que llamaban de San Pedro; el de Aragón, a la casa de campo de Santiago el Verde, y a otras inmediatas los de Navarra y de Francia. El campo que existía entre las residencias de unos y otros se llamó de los Embajadores, cuyo nombre llevó la calle que en su término hubo de abrirse años después.
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El crimen del Expreso de Andalucía
El 15 de Marzo de 1924, ABC daba la primera noticia de uno de crímenes más famosos de la "crónica negra" española de los años veinte.
Al llegar a Córdoba se descubren en el coche correo los cadáveres de don Santos Lozano y don Angel Ors, asesinados por una banda de atracadores.
Tres implicados en el hecho: José Sánchez Navarrete, Honorio Sánchez Molina y Francisco Piqueras, fueron ajusticiados el en la cárcel Modelo de Barcelona tras un consejo de guerra.
Al llegar a Córdoba se descubren en el coche correo los cadáveres de don Santos Lozano y don Angel Ors, asesinados por una banda de atracadores.
Tres implicados en el hecho: José Sánchez Navarrete, Honorio Sánchez Molina y Francisco Piqueras, fueron ajusticiados el en la cárcel Modelo de Barcelona tras un consejo de guerra.
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La falta de coordinación de los Carlistas
Desde que empezó la guerra, los carlistas de cada provincia vasca y de Navarra mantenían su propia administración provincial tanto civil como militar.
El hecho negativo de la falta de coordinación de estas administraciones quedaba incrementado con el gobierno de la corte del Pretendiente y el problemático mantenimiento de la tropa formada por los batallones de Castilla.
Como muestra del daño que esta división de administraciones producía, cabe citar la orden dada por el gobierno de la Corte a las administraciones de las cuatro provincias con ocasión de la Expedición Real de facilitar cada una de ellas 200 cargas de munición que se habían de presentar en 200 mulas guiadas por dos muleros cada una, y la contestación de la administración guipuzcoana que decía que no tenía problema para facilitar las 200 cargas de munición, pero sí lo tenía con las mulas y muleros debido a que estas especies no se criaban en Guipúzcoa.
(Wikipedia)
El hecho negativo de la falta de coordinación de estas administraciones quedaba incrementado con el gobierno de la corte del Pretendiente y el problemático mantenimiento de la tropa formada por los batallones de Castilla.
Como muestra del daño que esta división de administraciones producía, cabe citar la orden dada por el gobierno de la Corte a las administraciones de las cuatro provincias con ocasión de la Expedición Real de facilitar cada una de ellas 200 cargas de munición que se habían de presentar en 200 mulas guiadas por dos muleros cada una, y la contestación de la administración guipuzcoana que decía que no tenía problema para facilitar las 200 cargas de munición, pero sí lo tenía con las mulas y muleros debido a que estas especies no se criaban en Guipúzcoa.
(Wikipedia)
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La boda de la futura Duquesa de Alba
El 12 de octubre de 1947, contrajeron matrimonio en la Catedral de Sevilla, Cayetana Fitz James Stuart, hija del Duque de Alba, con don Luis Martínez de Irujo. La ceremonia fué bendecida por el arzobispo de Valencia, Don Marcelino Olaechea.
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Barcino, ciudad romana
La ciudad romana de Barcino es el precedente inmediato de la actual ciudad de Barcelona. Colonia romana, fue fundada durante el reinado del emperador Augusto(27 a.C.-14 d.C.) en la llanura litoral que comprenden el Besós y el Llobregrat.
El primitivo recinto fue edificado sobre una colina que se llamó Mons Taber. Para su construcción se siguieron las pautas urbanísticas romanas, es decir, planta rectangular extendida sobre dos ejes (decumanus y cardo maximus) que se encontraban en el foro. Este coincide actualmente con la ubicación de la plaza de Sant Jaume. Como modo de honrar a Augusto, emperador divinizado, sobre la colina se construyó un templo, del que hoy tan solo pueden apreciarse cuatro columnas dentro del Centre Excursioniste de Catalunya.
El papel estratégico de Barcino, punto de llegada de los grandes ejes norteño y mediterráneo, otorgó a la ciudad desde muy pronto un activo desarrollo comercial y económico. Sin duda, esto provocó un importante aumento de la población y la expansión de la pequeña ciudad original. Este proceso de crecimiento en tamaño e importancia se vio refrendado cuando, a principios del siglo IV y tras la primera invasión de francos y alamanes, Barcelona había relegado a Tarraco como capital de la provincia romana denominada Hispania Citerior. De esta época (fines del siglo III y comienzos del IV) aun son visibles los restos de la muralla.
El primitivo recinto fue edificado sobre una colina que se llamó Mons Taber. Para su construcción se siguieron las pautas urbanísticas romanas, es decir, planta rectangular extendida sobre dos ejes (decumanus y cardo maximus) que se encontraban en el foro. Este coincide actualmente con la ubicación de la plaza de Sant Jaume. Como modo de honrar a Augusto, emperador divinizado, sobre la colina se construyó un templo, del que hoy tan solo pueden apreciarse cuatro columnas dentro del Centre Excursioniste de Catalunya.
El papel estratégico de Barcino, punto de llegada de los grandes ejes norteño y mediterráneo, otorgó a la ciudad desde muy pronto un activo desarrollo comercial y económico. Sin duda, esto provocó un importante aumento de la población y la expansión de la pequeña ciudad original. Este proceso de crecimiento en tamaño e importancia se vio refrendado cuando, a principios del siglo IV y tras la primera invasión de francos y alamanes, Barcelona había relegado a Tarraco como capital de la provincia romana denominada Hispania Citerior. De esta época (fines del siglo III y comienzos del IV) aun son visibles los restos de la muralla.
(ArteHistoria)
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Un legado histórico - Las Huelgas
El 6 de octubre de 1214 moría el rey Alfonso VIII de Castilla, apodado “el Noble", aunque conocido también conocido como "el de las Navas” por ser suya la iniciativa de entablar contra tos almohades la determinante Batalla de las Navas de Tolosa (1212). No había termina do e! mes cuando también fallecía su esposa, Leonor Plantagenet, hija de Enrique II de Inglaterra y de Leonor de Aquitania. reina consorte de Castilla desde 1170.
Un doble aniversario, el 800, que se conmemora con una exposición, organizada en el lugar mas adecuado, el monasterio de Santa María la Real de las Huelgas, donde ambos están enterrados. Este Monasterio fue fundado por Alfonso y Leonor en 1189, con objeto de que fuera Panteón de los reyes castellanos-que aún descansan entre sus muros y retiro para las damas de la nobleza, el monasterio cisterciense fue un centro de poder de primer orden. La abadesa tenía gran influencia religiosa y contaba con la protección real, por lo que al lugar le fueron adscritos no pocos (y en absoluto menores) bienes y posesiones.
La muestra ocupa la Sala de Labores, donde se encuentra la excepcional decoración de yeserías almohades que, tras su restauración se presenta ahora al público.
Un doble aniversario, el 800, que se conmemora con una exposición, organizada en el lugar mas adecuado, el monasterio de Santa María la Real de las Huelgas, donde ambos están enterrados. Este Monasterio fue fundado por Alfonso y Leonor en 1189, con objeto de que fuera Panteón de los reyes castellanos-que aún descansan entre sus muros y retiro para las damas de la nobleza, el monasterio cisterciense fue un centro de poder de primer orden. La abadesa tenía gran influencia religiosa y contaba con la protección real, por lo que al lugar le fueron adscritos no pocos (y en absoluto menores) bienes y posesiones.
La muestra ocupa la Sala de Labores, donde se encuentra la excepcional decoración de yeserías almohades que, tras su restauración se presenta ahora al público.
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La Romería de Bolnuevo y la Virgen del Milagro
La Romería de Bolnuevo tiene su origen en un acontecimiento sin igual que tuvo lugar en el siglo XVI, en el litoral de la costa de Mazarrón, asediada en aquella época por frecuentes incursiones de pirata berberiscos.
De acuerdo con testigos fidedignos (a pesar de todo el aura de leyenda que pueda envolver el acontecimiento) el 17 de noviembre del año 1585 un milagro de la Virgen de la Inmaculada Concepción, conocida en Mazarrón como Virgen del Milagro o La Purísima, salvó al pueblo de un gran saqueo que pretendía llevar a cabo una incursión de pirata berberiscos procedente del Norte de África, con patente de corso del Imperio otomano, en aquella época enfrentado al Imperio español por el dominio del Mar Mediterráneo.
Por lo que se desprende de informes y actas de testigos de la época, la Virgen ahuyentó a los corsarios turcos, que en su huida abandonaron su estandarte, el cual todavía se conserva y se puede contemplar, tras una reciente restauración.
Es a partir de este acontecimiento milagros que esta Virgen pasaría a ser la patrona de la localidad, iniciándose una enorme devoción por ella y conmemorando el episodio milagroso cada 17 de noviembre con una romería.
(Wikipedia)
De acuerdo con testigos fidedignos (a pesar de todo el aura de leyenda que pueda envolver el acontecimiento) el 17 de noviembre del año 1585 un milagro de la Virgen de la Inmaculada Concepción, conocida en Mazarrón como Virgen del Milagro o La Purísima, salvó al pueblo de un gran saqueo que pretendía llevar a cabo una incursión de pirata berberiscos procedente del Norte de África, con patente de corso del Imperio otomano, en aquella época enfrentado al Imperio español por el dominio del Mar Mediterráneo.
Por lo que se desprende de informes y actas de testigos de la época, la Virgen ahuyentó a los corsarios turcos, que en su huida abandonaron su estandarte, el cual todavía se conserva y se puede contemplar, tras una reciente restauración.
Es a partir de este acontecimiento milagros que esta Virgen pasaría a ser la patrona de la localidad, iniciándose una enorme devoción por ella y conmemorando el episodio milagroso cada 17 de noviembre con una romería.
(Wikipedia)
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